Sin ambages ni firuletes
Recientemente, al buscar en la colección de AUTO MECÁNICA consultas para nuestra sección «Antología técnica» captó mi atención el editorial de mi admirado Arturo de Andrés en el në 263 (febrero 1992), cuya relectura, amén de animarme a no postergar más el proyecto de elogiar los guardias dormidos como creo que merecen, me inspiró añadir «fascistas» al título. He lo aquí trascrito para facilitar su lectura.
El futuro Reglamento de Circulación prohíbe el uso de ráfagas de luces con finalidades distintas a las previstas; es decir, para avisar de la presencia del radar. Según esto, ya no se podrán tampoco saludar los camioneros, ni los amigos y familiares. Yo estoy firmemente convencido de que, en un estado democrático, para prohibir algo hay que justificarlo; prohibir por prohibir es fascista.
La clave es: las ráfagas ¿perjudican la seguridad del tráfico? En absoluto; no hay quien pueda demostrar esto. ¿Por qué se prohíben? Porque la DGT supone que dichas señales avisan de la presencia del radar. A esto se puede responder de dos maneras, ambas negativas. La primera: no admito el juicio de intenciones. Por este camino volveremos a la dictadura. Puedo hacer ráfagas por tocar la palanquita inadvertidamente, por verificar su buen funcionamiento, o por saludar al otro. Con juicios de intenciones unilaterales por parte de la autoridad habría que prohibir, por ejemplo, las asesorías fiscales, por la fundada sospecha de que no ayudan a declarar bien, sino a defraudar en lo posible. Y si mediante un acuerdo tácito los automovilistas sustituyen las ráfagas por rascarse la oreja al cruzarse como señal de aviso, ¿también estará prohibido rascarse la oreja?
Segunda respuesta: efectivamente, aviso de que están los guardias; ¿y qué? Tengo yo también el derecho a presuponer que, si están ahí, es porque hay un peligro, luego aviso con antelación; ¿es esto punible? Más aún: aviso de que hay guardias porque me da la real gana. La Constitución protege mi libertad de expresión, y yo comunico a otro ciudadano que hay guardias porque quiero, sin presuponer si viene o no a más velocidad de la legal; lo mismo que si, yendo a pie, le digo a otro viandante que hay una pareja de guardias a la vuelta de la esquina; ese otro viandante podrá ser delincuente o no, esa es otra cuestión.
En un Estado democrático sólo se prohíbe, justificándolo, lo que es perjudicial para la sociedad; en uno fascista, sólo se puede hacer lo que está expresamente permitido, y parece que por ese camino vamos. Creo que el RACE, como Cámara Oficial del automóvil, tiene aquí una excelente ocasión de hacer algo, llegando hasta el Tribunal Constitucional, si hiciera falta.
Lo suscribo totalmente, y por extensión pienso: si la ref lexión de Arturo justifica considerar fascista prohibir las ráfagas, ¿cómo cabe calificar esos malditos obstáculos viales que tenemos la bondad de llamar guardias dormidos? ¿Archiperres disuasorios¼ o directamente «fascismos que nos presuponen infractores a todos y castigan indiscriminadamente»?
Por citar sólo cuatro «virtudes» incuestionables, los chismes de marras originan peligrosas retenciones (cada cual reduce según su criterio), maltratan las direcciones, suspensiones y estructuras portantes, pueden dañar la carga de los camiones y hacen que los de algunas obras desprendan suciedad sobre la calzada, con el consiguiente riesgo de accidentes.
Quienes con más ligereza que cualificación piden guardias dormidos, quienes a veces se los conceden para que dejen de molestar, y quienes deciden ponerlos donde y porque a su entender son una opción adecuada, ¿habrán pensado cómo pueden afectar, por ejemplo, a una persecución de agentes policiales en moto¼ o a un lesionado medular que esté siendo trasladado en ambulancia?
En fin, para qué extenderme. ¿Que hay quién corre más de lo permitido? Pues a vigilar y denunciar la infracción, como es obligación de las autoridades concernidas; pero castigarnos a todos so capa de evitar que infrinjamos, ¿será erróneo considerarlo fascismo¼?
CASTIGARNOS A TODOS SO CAPA DE EVITAR QUE INFRINJAMOS, ¿SERÁ ERRÓNEO CONSIDERARLO FASCISMO¼?