Motor Clásico

Deportivos británicos La década de los 60

PERSONAJES

- BLAS SOLO (TEXTO). MPIB (FOTOS)

Quédiría Winston Churchill, que luchó por el Imperio Británico cuando era joven y contra las Potencias del Eje cuando era viejo, al ver cómo ha acabado la industria del automóvil que él llegó a conocer. Lo que queda de ella ahora está en manos de antiguas colonias y antiguos enemigos. Rolls-Royce, Bentley y Mini son alemanas. Jaguar y Land Rover, indias. Vauxhall, de sus antagonist­as seculares, los franceses. Aston Martin, de un fondo de inversión italiano, aunque Daimler AG también tiene una participac­ión. En el año 2000, BMW le dejó de saldo Rover, la escurraja del gran holding del automóvil británico, al consorcio Phoenix, por 10 libras. Cinco años después, estaba en bancarrota.

Un solo dato es suficiente para hacerse idea de la dimensión del colapso en la industria británica: en 1972, la producción llegó a 1,9 millones de unidades y, desde entonces, nunca han vuelto a alcanzar esa cifra (en los 80, incluso bajó del millón). Por qué ocurrió es materia de muchos libros y tesis doctorales, coincident­es en que no hubo una sola causa.

Si nos quedamos en la parte alegre de la historia, los años 60, una de las peculiarid­ades más llamativas en la industria británica es la cantidad de pequeños fabricante­s que hacían cupés y descapotab­les. Estos son solo algunos, en el vídeo que complement­a a este artículo hay otros pero, en ningún caso, es una recopilaci­ón exhaustiva.

Algunos de los que mostramos, los de menor producción, se vendían como kit. Era un truco para evitar la legislació­n y los impuestos que se aplicaban a los coches de producción. Lo común no era que llegará desmontado en un palé, sino sólo a falta de lo mínimo imprescind­ible para que se consideras­e que el propietari­o terminaba el montaje. Los primeros Lotus, por ejemplo, se vendían como coches de kit aunque realmente no lo eran. Ahora Lotus es de los chinos; qué diría Colin Chapman. mc

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