Marcello Braccaioli Y su virus Alfa
Dicen que un alfista lo es para toda la vida, porque cuando uno ha sufrido la picadura del bisccione ya no se recupera. Tal vez sea cierto. Algunos lo llevan al extremo de acarrear todos sus bichos mecánicos consigo cuando se mudan a otro país. Es el caso de este gentleman driver italiano, afincado en Girona desde hace casi veinte años que vino con su preciosa colección de Alfa.
Yno son pocos: una decena de piezas, todas rojas y preparadas para competición. Conocimos a Marcello Braccaioli en la primavera de 2016, cuando andábamos hilvanando el dossier sobre el Alfa GTV, por medio de Josep Maria y Robert Vidal pues es cliente del Garatge Internacional que éstos regentan en Salt. Su gentileza nos permitió probar dos GTV6 poco corrientes: uno dotado del motor 3 litros del 75 América con suspension rebajada, llantas Zender y gomas de perfil bajo, realizado por un preparador alemán en 1984; y otro afinadísimo para hacer rallyes de velocidad (218 CV, caja Bacci, grupo corto, autoblocante, etc) que venía de Italia.
Marcello dejaba atrás una vida dedicada a la industria textil y la moda en 1999 cuando decidió instalarse en Riudellots de la Selva, muy cerca de Girona, y poner en marcha Casa Modena, una empresa que produce y comercializa comida italiana. No tardaría en involucrarse de forma activa en mundillo de los clásicos de la zona, participando en eventos deportivos de todo tipo, en los cuales podía sacar a pasear algunos ejemplares de su admirable ªsquadraº. Las subidas a Els Angels y sobre todo los Costa Brava Históricos, en los que le hemos visto copilotado por su hijo Riccardo, primero, y después por Jordi Montoliu, son algunas de sus pruebas favoritas.
Mantovano como Nuvolari, nuestro protagonista ya llegó a España con un buen palmarés a sus espaldas. Piloto de la famosa Scuderia del Portello de 1980 a 1991, su trayectoria incluye un 2ë lugar en la Targa Florio (1991), un 3ëen las Mille Miglia (1991) y dos ediciones de la Carrera Panamericana. Fue campeón de Europa de resistencia de clásicos en 1991 compartiendo con Bruno Bonini el volante de un 1900 TI de 1954.
Pero sus mejores actuaciones deportivas las llevó a cabo con la pieza más singular de su colección que, paradójicamente, ya no está en su poder por una serie de desafortunadas circunstancias. Entre otros resultados, el 2ë puesto en la Transapeninica de 1986 (Rimini-San Marino-Arezzo-Rimini), a sólo 14 décimas del primero, la victoria en la Coppa degli Apenini de 1988, y un 3ë absoluto en las Mille Miglia de 1990 (había sido 9ë en 1987 y 5ëen 1988). Hablamos del Alfa-Maserati Preti, un vehículo realmente único, construido en 1948 y cuya historia es bien conocida en el automovilismo italiano (ver recuadro).
«Durante una edición del Costa Brava Histórico conocí a una familia de mecánicos que tenía un concesionario Fiat y que llevaba toda la vida reparando motores italianos: los Vidal Ð nos diceÐ . Me pareció el sitio adecuado para confiarles que se ocuparan de mis coches; así empezó una relación que con los años se ha transformado en amistad». En efecto, encontramos la «squadra Braccaioli» alojada en las instalaciones del Garatge Internacional, ocupando casi la totalidad de un antiguo escaparate, donde sus dueños también guardan
algunos de sus propios clásicos, obviamente de fabricación transalpina.
El más antiguo de la colección es un Sprint 2600 de 1963, ese coupé grandote con motor de seis cilindros y preparación de circuito, que parece llevar bastante tiempo parado. Le sigue en edad un exquisito Giulia Sprint 1600 de 1965, con todo lo necesario para competir en rallys de regularidad Sport. De hecho, es uno de los que Marcello utiliza con mayor frecuencia, y con el que más tarde nos daremos una vuelta por unas carreteritas próximas. A su lado tenemos un Giulia Sprint GT Veloce 1600 de 1968 Ð el llamado popularmente «Scalino»Ð , espectacular en su configuración de pista y con esos colores de guerra que parecen estar diciendo dadme caña¼
Aparte de un Dueto 2.0 «civil» de 1972, que está siendo restaurado en el taller, unos metros más allá, hay los dos GTV6 de 2.5 y 3 litros que ya conocemos; son increíbles, especialmente el de rally, un auténtico trueno pero muy bien puesto a punto, equilibrado e intuitivo de manejar.
Tampoco vemos las tres berlinas preparadas para circuito de esta colección: dos 75 (2.0 y V6 3.0 América) y una Giulietta 2.0, guardados en otro local. "Dentro de poco tendré el América listo para salir en el Costa Brava Histórico, a mediados de marzo. Lo está terminando de preparar Garatge Internacional al estilo del que llevó Alessandro Naninni en el Giro de Italia de 1988." Y terminamos con el único miembro de la familia que no luce el scudetto Alfa Romeo en su capó: un Maserati Biturbo 224, correspondiente a las últimas series del modelo fabricadas en 1991, que está pendiente de recibir un repaso para dejarlo en las mejores condiciones posibles. mc