La meca fue París
El nuevo incremento en la superficie cubierta, hasta completar 69.000 metros cuadrados, ha hecho que esta edición resultase impresionante. Quien más quien menos terminó bastante fatigado, tras tantas horas de emociones ante vehículos y objetos de cualquie
Rétromobile volvió a fascinar.
Afuera, las aceras parisinas cubiertas con tres dedos de nieve, mientras soplaba un viento helado rallado de la estación de metro Por te de Versailles. Dentro del certamen, el calor de una afición internacional que no perdía detalle en los tres pabellones del Parc des Expositions. Hacía falta tiempo para acercarse a los nada menos que 524 stands, comenzando por los más luminosos, que correspondían a los fabricantes que festejaban aniversarios. Por ejemplo, Land Rover, cuyo legendario todo terreno cumple 70 años y se mostraba para la ocasión un ejemplar recién terminado de restaurar, gracias al trabajo minucioso del departamento Land Rover Reborn.
A Renault le caen 120 años y en su exposición no sólo se mostraba un veterano Tipo A de 1898, sino que repasaba su trayectoria histórica con modelos de preguerra tan señalados como los Vivastella y Juvaquatre. Y a partir de 1946, el 4 CV, el descapotable Floride, una furgonetaheladería Estafette o sucesivos cinco puertas como los Renault 4, 16, 30 y Espace, así como uno de los primeros Twingo, que ya tiene 25 años. A su lado, la división Alpine conmemoraba la victoria de 1978 en las 24 Horas de Le Mans, exhibiendo para la ocasión un impecable conjunto de espectaculares Renault Alpine A442.
Casi enfrente, el grupo PSA desdoblaba su stand en dos mitades separadas para Peugeot y Citroën. La marca del león destacaba al Peugeot 504, ya cincuentón, y al Peugeot 203 que se presentó al público en 1948 con su estética de influencia americana. Por su parte, en el espacio de Citroën sobresalían los DS presidenciales, entre ellos una limusina descapotable carrozada por Henri Chapron. También había sendos Mehari, el recordado playero de carrocería sintética presentado en 1968 y el modelo actual con motor eléctrico, cerca del austero prototipo Citroën 2CV de 1939 que acaparaba en mayor medida las miradas del público.
En los amplios pasillos abundaban los stands donde vendían libros del sector, todo tipo de repuestos y carteles evocadores. También tenían presencia varios museos, tales como el Musée des Blindés, que acudió con tres vehículos militares de los años treinta. El británico National Museum of Beaulieu llevó un impresionante Bentley 4 1/2 Supercharged de 1930, imbatible en las competiciones de la época, mientras que el Museo de Compiègne trasladó al certamen cuatro veteranos Renault conservados en su jugo y fabricados entre 1899 y 1911.
Ante el stand de la firma relojera Richard Mille, un nuevo salto en el tiempo, esta vez para asistir a la exposición de ocho McLaren de competición. Fundada en 1963, McLaren inició su actividad en la Can-Am, para seguir después hasta la actualidad con la F1 y las pruebas de resistencia. Por supuesto, los organizadores de eventos
EN CADA CONVOCATORIA SORPRENDE LA CALIDAD EN AUMENTO DE LOS VEHÍCULOS PRESENTES
internacionales aprovechaban la celebración temprana de este salón para aumentar su número de inscritos. A su vez, en el recinto de la casa de subastas Artcurial sobresalían un coupé Bugatti T 57C Atalante de 1938, un ultramoderno Ferrari FXX de 2006 y un spider Maserati A6 GCS de 1953, automóviles excepcionales que superaron cada uno con holgura los dos millones de euros en las subastas celebradas ante unas tres mil personas.
En contraste, este año era novedad el área reservada a los clásicos en venta por menos de 25.000 euros. En una zona menos iluminada que el resto y repleta de gente, era gozoso ver vehículos como varios todo atrás Fiat 500 de presencia inmaculada, con precios entre 11.000 y 12.500 euros. O un Lancia Fulvia 1.3 S Zagato de placa histórica española, por el que pedían sólo 25.000 € mientras durase la feria, y un MG TD de 1952 de matrícula francesa en ese mismo precio. Curiosamente, el más rodeado de aficionados era un Citroën Ami 6 de 1968, en excelente estado de conservación y por 18.000 €.
Los clubes de marcas históricas (Amilcar, Delage, Hispano-Suiza, Panhard, Salmson, Talbot¼) contaban de igual manera con sus propios stands, donde los socios compartían afición y viandas. Por su parte, los expositores españoles Francisco Pueche y Auto Storica tenían en venta vehículos extraordinarios, de marcas como Bugatti, Hispano-Suiza y Mercedes-Benz. Del mismo modo, era impresionante la exposición Abarth, formada por veintidós ejemplares procedentes de la colección suiza Englebert Möll.
Y cómo no, en los espacios de Axel Schuette, Brabus, Fiskens o Lukas Hüni, entre otros, podía quedarse uno patidifuso a la v ista de autos de f irmas de máx imo prestigio, con modelos impecables Alfa Romeo, Aston Martin, Bentley, Bugatti, Delage o Ferrari, por nombrar sólo algunos.
Y dentro de un recinto que agrupa desde el lujo supremo hasta la afición sencilla, la importancia de la Galerie des Artistes, cuyas pinturas, esculturas y fotografías acercan nuestra pasión a las bellas artes. En resumen, una cita que crece año tras año y que con su variedad de propuestas satisface a visitantes cuyos gustos son de lo más diverso. A nada que uno quiera verlo a fondo, hacen falta al menos tres días y se puede acabar bastante cansado, pero con esa satisfacción personal de emocionarse ante numerosos vehículos y objetos que difícilmente volverás a ver tan de cerca. mc
ADEMÁS DE VER COCHES ADMIRABLES, HAY TAMBIÉN NUMEROSOS STANDS DE PIEZAS