Un Montecarlo frenético
Cosín-Huarte y su Fulvia, en el podio de Mónaco.
de cubrir tres mil kilómetros a bordo de antiguallas rodantes y «contaminantes» por el solo placer de desafiar la noche, el descanso tras dos horas de conducción, los elementos, las curvas y el cronómetro, sin que interviniese la mismísima Interpol a petición de la Organización Mundial de la Salud.
El caso es que desde Oslo, Glasgow, Bad Homburg, Reims, Montecarlo y Barcelona los equipos se lanzaban Ð sin otra consideración que su pasiónÐ hacia Bourgoin-Jailleu, en la Región de Isère, donde todos se encontrarían para competir en los dos primeros tramos cronometrados que totalizaban algo más de 56 km. En el segundo tramo los españoles Victor Sagi-Victor Sagi Jr (Porsche 911 2l) lograban ser segundos aunque en la clasificación general ningún equipo español se situaba entre los cincuenta primeros.
Al día siguiente, la Etapa de Clasificación era un bucle por Ardèche con salida y llegada en Valence. Resultó intensa por el respetable kilometraje que sumaban los cuatro tramos del día con 157,45 km, y empezando con Moulinon de 57,09 km seguido de Burzet con 45,17 km donde la presencia de nieve fue puntual. Sorprendentes victorias la del DKW F12 de Ernst Jungen-Marcus Mueller en el primer tramo y la del similar Wartburg 311 de Frank y Gerhard Richter en el segundo. En el último tramo del día vencía un equipo femenino, Steffi Edelhoff-Birgit Bender, con un Ford Escort RS2000 Mk1. Excelente jornada para dos equipos españoles, Álvaro Ochogavias-Marc Gutiérrez (Porsche 911T 2.4) decimosextos y Rafael Fernández Cosín-Julén Martínez Huarte (Lancia Fulvia HF1600) en el puesto 24, que en ese momento estaban codo a codo con los que finalizarían segundos y terceros del rallye, o sea en posición de aspirar a los mejores resultados.
Al día siguiente la primera parte de la Etapa Común discurría por la región de Drôme y fue la verdadera jornada selectiva, con climatología cambiante y adversa en todo el recorrido, incluidos enlaces. Entre nevadas en directo, heladas, lluvia e incluso barro se fraguó la victo-
EN NIEVE, EXPERIENCIA Y TÉCNICA SON DETERMINANTES
ria de Gianmaria Aghem-Diego Cumino (Lancia Fulvia Coupé 1200) aunque los más impresionantes fueron los alemanes Michael Bruns-Frank Westenburger (Ford Falcon Sprint) que remontaron del puesto 14 a la segunda posición de forma inapelable. A las puertas del podio se batían los griegos George Delaportas-Spyros Moustakas (VW Golf GTI) y los polacos Stanislaw Postawka-Andrzej Postawka (Zastava 1100). Los españoles incluso mejoraban con Fernández Cosín-Martínez Huarte (16ë), Ochogavias-Gutiérrez (17ë) y Antonio Sáinz-Secundino Suárez, Porsche 912 (21ë), al frente. Conviene señalar que precisamente cuando hubo que recurrir al pilotaje, la pareja Cañellas-Ferrater lograron un brillante quinto mejor registro en el octavo tramo después de solucionados los problemas de cambio del Seat 124.
La tercera salida de Valence puso rumbohasta Mónaco por tres tramos, uno largo de 49 km con la delicada subida y bajada del puerto de Pert y. Por supuesto, la Noche del Turiní suele ser la gran incógnita, con solo dos tramos, pero que suelen reservar condiciones climatológicas muy diferentes que implican críticas elecciones de neumáticos. Aghem-Cumino vencieron, beneficiándose de la mala suerte de los alemanes Bruns-Westenburger, que se habían colocado provisionalmente primeros y tuvieron que retirarse en el penúltimo tramo por avería mecánica. Buen papel de los españoles en el célebre alto del Turiní, ya que Ochogavias-Gutiérrez fueron segundos absolutos y Nogareda-Giralt (Porsche 911S 2.0), novenos.
El ú lt imo y def init ivo t ramo, con el puer to de La Couillole por medio, no fue tan brillante debido a la ausencia de nieve. Los primeros conservaron las posiciones en un recorrido en el que hubiese habido mucho que perder en condiciones más extremas. Tras los vencedores, George Delaportas-Spyros Moustakas (V W Golf GTI) alcanzaron la segunda plaza y terceros fueron Stanislaw Postawka-Andrzej Postawka (Zastava 1100). Para los españoles fue la consecución de un extraordinarios resultados generales, con cuatro equipos entre los veinticinco primeros y mención especial para los vencedores de su categoría y clase, Fernández CosínMartínez Huarte.
De los 310 coches que tomaron la salida, 259 vieron la bandera a cuadros y algo de milagroso hay en ello. Y no lo decimos porque nos sorprenda la fiabilidad de estas vetustas mecánicas o porque nos maravillemos del aguante de muchísimos pilotos y copilotos de respetable edad, sino porque aun exista la libertad de conducir coches clásicos a lo largo de una prueba tan ambiciosa. «Carpe diem» antes de que las mentes bien pensantes que deciden nuestro futuro nos protejan de nuestras pasiones autodestructoras. mc