EPOCAUTO REUS
Con un tono muy veterano y didáctico abrió sus puertas el segundo fin de semana de marzo el salón reusense. En el centro del pabellón, un antiguo Vauxhall de 1904 fue uno de los imanes que más expectación atrajo. Restaurado con mimo, este automóvil representa los albores de la automoción, en general, y de Gran Bretaña, en particular. Fue construido en los pequeños talleres londinenses donde había empezado su actividad el visionario Alexander Wilson, mucho antes de que la marca fuese absorbida por la americana General Motors. Cuenta con un motor de explosión de tres cilindros ciegos, transmisión por cadena y una carrocería «tonneau» de cuatro asientos, con portezuela en la zaga para acceder a las plazas posteriores. Su estampa casi de carruaje de caballos contrastaba con el estilo de los Alpine A110, Simca 1000 Rallye, Seat 124 Sport Coupé, Lancia Delta Integrale y Mercedes SL R129 que le circundaban.
Junto al Vauxhall, destacó en igual o mayor medida la completa retrospectiva de Citroën. Desde los antiguos 5CV hasta el ochentero Visa, no faltaron B10 «tout acier», C4, célebres 11 CV, DS, SM, CX, GS, un furgón tipo H y cómo no diferentes versiones de los populares 2CV y Mehari. También la que fuese uno de los gérmenes de la actividad industrial tarraconense en los años sesenta, Siata Española, ocupó un lugar preferente, y en él, una de la Formichetta y el furgón Miniván construidos en los modernos talleres de aquel incipiente polígono de Entrevías de la capital catalana.
Los amantes de las dos ruedas tuvieron también un buen surtido de especialistas en repuestos y accesorios motociclistas y un monográfico en torno a Moto Guzzi, donde se exhibían quince emblemáticas ejemplares, entre ellos, una Le Mans 850 y una 400 del 1929.