ClassicAuto Madrid
De nuevo, el Pabellón de Cristal y su entorno se convirtieron en el punto de encuentro de la afición. Este año también con más de 40.000 visitantes, que además de comprar género y vehículos disfrutaron de la contemplación de coches excepcionales y de las
Contra viento y marea.
AÑO TRAS AÑO, AUMENTA LA PRESENCIA INTERNACIONAL DE PÚBLICO Y DE EXPOSITORES
Ya en la maña na del v ier nes, en los pasi l los del cer ta men madrileño era fácil encontrarse con aficionados y profesionales, no sólo llegados de todos los rincones de España, sino que también había v isitantes que hablaban en francés, alemán o inglés. Apenas unos instantes después de abrir sus puertas, grupos de entusiastas ascendían a la planta superior, donde les esperaban automóviles clásicos y antiguos en venta. Entre ellos, abundaban los clásicos deportivos, tales como un excelente Jaguar E-Type V12 cabriolet del luso Jorcar, que no tardó en venderse; un Mercedes-Benz 300 S roadster impoluto, expuesto en el stand de Cochera, o el deportivo Bugatti T30 de 1924 que estaba a la venta en Coupé. También tuvimos ocasión de contemplar algunos modelos de preguerra listos para cambiar de dueño, como un impresionante Locomobile 48 Serie 7 de 1918, por el que pedían 120.000 euros, o un Ford A Tudor de 1928 más asequible por 20.000.
De la misma manera, en el piso superior se podían ver de cerca los coches que iban a participar el domingo en el Concurso de Elegancia, en el que el premiado por el jurado fue una berlineta Pegaso Z-102 Touring de 1955, propiedad de Alberto Garzón y presentado por Rafael Pueche. Otros galardones fueron entregados a los dueños de un cabriolet Hispano-Suiza HS-26 de 1935, un Cadillac Convertible de 1956 y un Pegaso Z-102 Touring convertido en spider por Serra en 1959. O también fijarse en el motocarro ROA 600 y las motocicletas ROA, cuyo creador fue Rafael Onieva Ariza, quien a sus 89 años recibió un merecido homenaje al que asistió
su familia. Y hablando de homenajes, al restaurador y compraventa Francisco Pueche también se le tributó igualmente un reconocimiento con ocasión de sus 50 años de vida profesional, una sorpresa que Paco no esperaba y que le emocionó.
Al mismo tiempo, eran numerosos los que enfilaban hacia las otras dos plantas, en busca de recambios, objetos de automobilia o cualquiera de las múltiples mercancías y servicios profesionales relacionados con los coches y motos históricos. De hecho, pasear por cualquiera de ambas alturas se convertía a veces en una labor que requería paciencia, por la cantidad de público y lo ensimismada que se quedaba la gente ante el material en venta.
Puestos a poner caras a los miles de aficionados desplazados, nos agradó encontrarnos con un joven que había llegado desde Elda (Alicante) a los mandos de su Renault Siete. Recién terminado de restaurar, había sido estrenado por su abuelo en 1976, en prueba de que la llama de los clásicos permanece encendida y no sólo en vehículos de elevada cotización.
Asimismo, en el Car Corral había en venta una cincuentena de vehículos, algunos tan poco habituales como un Simca 1300 de 1966, con la ITV pasada y que se vendió por mil euros; u otros tan señoriales como un Jaguar MK2 3.8 Litre de 1962, equipado de serie con la caja Getrag de cinco marchas y por el que pedían 29.500 €. También había varios «haigas», entre ellos un Dodge Custom Royal de 1956, procedente de la embajada americana en Madrid y anunciado en 20.000 €. Como contrapunto, había un MG 1300 de 1968 por únicamente 600 €, aunque su carrocería roja necesitaba un buen repaso.
Ya en la jornada del sábado, la llegada de público creció considerablemente y las concent raciones de clásicos contribuían a ambientar los diez mil metros cuadrados del park ing reser vado. Junto a los Renault 4/4, Seat 600, Mercedes W123 o Citroën Traction Avant convocados por sus respectivos clubes, un paseo a lo largo de la zona permitía toparse ante ejemplares de lo más diverso, desde un inmenso Cadillac Eldorado Biarritz de 1959, abundantes modelos ochenteros y noventeros, hasta un diminuto Isetta, cuyos dueños se beneficiaron del aparcamiento gratuito hasta que se llenase el aforo. No en vano, en la tarde del v iernes llegó incluso desde Moscú un aficionado con su Studebaker Hawk, que había recorrido los casi 4.000 km que separan ambas capitales.
Junto a los casi trescientos expositores, que en sus stands recibieron tanto la v isita del miles de entusiastas como de un público profano que quería conocer nuestro sector, la organización se encargó de preparar más de veinte activ idades, concebidas para satisfacer a personas de todas las edades: concursos de dibujo
LA ORGANIZACIÓN TAMBIÉN PREPARÓ MÁS DE VEINTE ACTIVIDADES PARALELAS
para los peques, presentaciones de eventos de clásicos que tendrán lugar en 2018, como el Iberian Historic Endurance, o la proyección de tres antig uos cortos relacionados con nuestro mundo recuperados por la Filmoteca Nacional. En el apartado editorial, nuestros compañeros Christian Manz y Emilio Polo dieron a conocer sus más recientes publicaciones: respect ivamente, la primera estaba dedicada a los orígenes históricos y evolución de los automóv iles eléctricos, mientras que la de Emilio se centra en los HispanoSuiza H6 Boulogne.
Destacable la calidad organizativa, que en esta edición puso a la vista de los asistentes ex hibiciones de interés, tales como el despiece y posterior ensamblaje completo de un Citroën 2CV, o asistir en directo al montaje por parte de alumnos de automoción del motor de un Porsche 911 en el stand de Valentin Motors.
En conclusión, esta cita madrileña se reafirma, con un número de visitantes y expositores similar al de las dos ediciones más recientes, al mismo tiempo que ha aumentado la presencia internacional. mc