SOLEDAD Y MERCEDES
Soledad y Mercedes: dos nombres típicamente femeninos que no traigo aquí por eso, sino porque también son, respectivamente, sinónimo de carencia de compañía, y una mítica marca de automóviles que alcanzó y mantiene rango de símbolo. Voy a empezar remontándome de medio siglo hacia atrás, cuando llegar a mercedista era una meta que generalmente se alcanzaba maduro en edad y posición socioeconómica, y una condición que sólo en rarísimos casos se abandonaba voluntariamente, porque los Mercedes, además de ser estupendos, bastaban para conferir a sus propietarios presunción de estatus privilegiado.
Por ejemplo, un cualquiera con su cochecillo nacional o su renqueante prebélico infringía del modo que fuera, ¡y palo que te crio! Sin embargo, acciones similares protagonizadas por Mercedes costaban como máximo un comedido acercamiento y una respetuosa reconvención del agente de turno, temeroso de toparse con la mítica frase «usted no sabe con quién está hablando».
Cierto es que parecido trato gozaban los haigas y demás cochazos de importación, todo hay que decirlo, pero fuera por lo que fuera, el simbolismo para bien y para mal lo capitalizaba la marca de la estrella, así que justo es atribuirle entre otros muchos méritos haber sido pionera en montar de serie —al menos para España— lo que podría llamarse «FP» (falsche Parkgenehmigung, en alemán) o «IPP», acró- nimo de su traducción al inglés, ese idioma que los publicistas parecen creer que todos nacemos sabiendo.
Me refiero al «Incorrect Parking Permit», o dicho en cristiano, «bula para aparcar donde y como te dé la gana», un ventajismo que evita perder tiempo buscando sitio para hacerlo como es debido, regido por esta simple norma: «si cabe, puedo, y si no hay un hueco cercano donde quepa fácilmente, lo dejo en cualquier parte inaugurando fila —segunda, tercera…— o plantificándolo en medio».
Ahora regreso al presente, ¿y qué veo? Pues que el «IPP» sigue ahí —no sólo en los Mercedes, aunque sí sobre todo en ellos— cada vez más extendido en marcas y modelos «Premium»… y aspirantes a «Premium», y me pregunto: a base de socializarse, ¿llegará a universalizarse y a complementarse con el correspondiente asistente de maniobra autónoma?
Por desgracia no tengo respuesta, pero sí sospechas. Cuando «los solitarios», esos seres que aquejados de soledad mental desdeñan e ignoran al prójimo y actúan como si estuvieran solos en el mundo o como si su tiempo fuera oro y el de los demás mierda, cuando esos especímenes añaden a su prepotencia el potencial avasallador de un coche emblemático, el resultado es nefasto. Y es que en el fondo, el «IPP» funciona a base de mala educación, y si los abusos y la tolerancia siguen interpotenciándose, lo llevamos claro.
¡Ojo!, no digo que todos los mercedistas adolezcan de soledad, ni que todos los solitarios vayan en Mercedes, pero como entre los zombis (coches fallecidos en centroeuropa y resucitados aquí) y la ampliación de la gama… hacia abajo, ya hasta los gatos tienen zapatos, al haber muchísimos Mercedes hay muchos mercedistas solitarios, y como un inconveniente de ser marca emblemática es que sus coches llaman la atención, uno repara, por ejemplo, en cuántos mercedistas están tan conectados a su realidad virtual, que viven desconectados de la realidad circundante; o al observar las plazas de aparcamiento reservadas a minusválidos, nota que el porcentaje de Mercedes que las ocupan es casi tan llamativo… como lo bien que disimulan su minusvalía muchos de sus conductores; ¿será porque tienen buena estrella… o porque además padecen soledad?
Y ahora sin ironía: ¿Sabes cuánto aumentaría la capacidad vial de nuestras ciudades si se vigilara y erradicara el mercedismo solitario? ¿Sabes cuánto mejoraría el tráfico? ¿Sabes el dineral que reportaría a las arcas públicas el proceso «domador» para conseguirlo? Pues oye, quienes deberían saberlo, impávidos, sin ojos para ver, cerebro para pensar, ni voluntad para actuar. Y claro, así nos va a los que no tenemos soledad ni Mercedes. mc
NI TODOS LOS MERCEDISTAS ADOLECEN DE SOLEDAD, NI TODOS LOS SOLITARIOS VAN EN MERCEDES