Descubrimintos: Cadillac 62, Fiat 500, Mini, Alfa Sei...
En 1948 Cadillac presentaba su primer modelo totalmente renovado tras la Segunda Guerra Mundial. Su carrocería tenía un nuevo diseño estilo «pontón», que con pequeños cambios en el frontal fue la utilizada en 1949, año en el que además debutó el nuevo motor V8 con válvulas en cabeza, carrera corta y alta compresión que ofrecía un rendimiento de 160 HP. Las ventas iban viento en popa, por lo que la producción aumentó en 1949 un 76% con respecto al año anterior, hasta totalizar unas 92.554 unidades. Esto empujó a Cadillac hasta el puesto 15 entre los fabricantes estadounidenses, e incluso el día 25 de noviembre de 1949 salía de fábrica el Cadillac número 1 millón. La gama de 1949 se dividía en las series 61 y 62 de nuevo diseño y el anticuado Serie 75, aún con aspecto de limusina de inicios de los años 40. Para diferenciar exteriormente a los Serie 62 de los 61 hay que fijarse principalmente en la parte baja de las puertas, pues si la estribera está enmascarada por una gran protección cromada, entonces se tratará de un Serie 62.
El ejemplar de las fotografías, propiedad hasta hace poco de una empresa funeraria de Logroño, se corresponde con esa serie y tiene una interesante carrocería «station wagon» que probablemente sea de fabricación española. En aquella época de racionamientos y escasez general, sorprende los muchos «haigas» de la más alta categoría que fueron adquiridos por funerarias españolas. Y es que las pompas fúnebres siempre han sido un negocio bastante próspero. Esta unidad tiene de interesante su inusual estado de conservación, absolutamente original y exento de óxidos, aparte de que la carrocería es de cuatro puertas y seis ventanas. En definitiva, un vehículo con más aspecto de familiar que de fúnebre que sin duda en EE.UU habría sorprendido a más de uno por su rareza. Y sin embargo, parece que la intención de su nuevo propietario es el de utilizar varios de sus componentes estéticos y mecánicos para restaurar otra unidad descapotable. Esperemos que finalmente no sea así, pues la originalidad del diseño de la carrocería haría posible su transformación en vehículo de pasajeros con suma facilidad… siempre que no seamos demasiado supersticiosos, claro está.