Motor Clásico

Trazando fino

- por Dani Cuadrado

Es i lust rat ivo acud i r a l pasado pa ra dar a conocer el presente. Me gusta cuando Porsche saca un modelo y nos recuerda que a principios de los 70 ya hubo uno con ese nombre. La marca de Stuttgart domina como nadie este arte. Sin embargo, en mi modesta opinión, acaba de cometer un error de bulto al olvidarse que hay veces en las que el marketing no debe derrumbar mitos del pasado. Está bien ser el más rápido en Nürburgrin­g y sacar pecho por ello, pero si ya lo eras, nadie te lo iba a quitar y el registro lo habías conseguido de una forma más emotiva, no estropees el glamour de la historia con una absurda modernidad. En 1983, un joven piloto alemán de 25 años, llamado Stefan Bellof, fichó por Porsche para correr en resistenci­a nada menos que con Derek Bell de compañero de coche y con Jacky Ickx y Jochen Mass como rivales de equipo. Ese mismo año, el talentoso Bellof consiguió rodar en el trazado norte en un tiempo de 6'11''13, establecie­ndo un récord que ha permanecid­o vigente hasta 2018. Era el 28 de mayo, en un día frío pero seco. Durante los entrenamie­ntos libres de los 1.000 km de Nürburgrin­g el alemán voló con su Porsche-Rothmans 956 Ð con el chasis 007 y el dorsal número 2Ð , probableme­nte uno de los mejores coches de carreras de todos los tiempos y el Grupo C más laureado de la historia. Tenía un seis cilindros bóxer con turbo de 620 caballos y contaba con el efecto suelo, una tecnología efectiva heredada de la F1, muy complicada de gestionar en los múltiples cambios de rasante, baches y «carruseles» del «Infierno Verde». Jochen Mass había conseguido rodar en 6'16''85 algunas vueltas antes, pero Bellof, que ya había corrido ahí en F2, le batió durante la segunda vuelta de su tanda. A pesar del récord, 30 segundos mejor que el de su compañero de coche Bell, el alemán se bajó del 956 diciendo que el tiempo era mejorable, ya que en su vuelta había cometido dos fallos y un 911 le había molestado en una curva. Hizo la pole. Al día siguiente, en carrera, salió y se colocó primero. En la sexta vuelta ya rodaba a 36 segundos de Mass y a dos minutos y medio de Keke Rosberg, el por entonces vigente campeón de F1. Tal era la diferencia que en el relevo dieron órdenes a Bell de ahorrar gasolina. Así la distancia con el segundo se acortó. Bellof, enfadado, en el siguiente relevo se puso a correr como sólo él sabía hacer, marcó la vuelta rápida con 6'25''91 (más lento que la pole por ir cargado de gasolina) y... a las pocas curvas acabó estrelland­o su 956.

Tras esta carrera la Federación Internacio­nal decidió prohibir los Grupo C en Nürburgrin­g. Corrían demasiado y el trazado ya daba síntomas de peligrosid­ad a esas velocidade­s. Por este motivo el récord ha permanecid­o 35 años imbatido, ya que no se han vuelto a celebrar competicio­nes oficiales de ese nivel de velocidad (tampoco corrían ya los F1). El 1 de septiembre de 1985, durante el transcurso de los 1.000 km de Spa, Bellof intentó adelantar en carrera a Jacky Ickx haciéndole un interior donde sólo él era capaz de intentarlo, ¡en Eau Rouge! Los dos pilotos se tocaron y acabaron contra las barreras. Ick x salió ileso pero Bellof sobrepasó la barrera, golpeó contra el muro y su coche acabó incendiánd­ose, sin que nadie pudiese hacer nada por salvarle la vida. Murió así uno de los talentos más grandes que han existido en el automovili­smo mundial, al nivel de alguien como Ayrton Senna, al que, por cierto, quitó la vuelta rápida en la mítica carrera de F1 del GP de Mónaco bajo la lluvia en la que el brasileño sedujo al mundo sacando los colores a Prost.

Pues bien, tras esta emotiva historia llega Porsche y decide ahora batir de nuevo el récord. No le quito mérito a Timo Berhnard, que lo ha superado en nada menos que 51,58 segundos; si puedes ver los vídeos de la vuelta en Internet, parece que están grabados a cámara rápida. Porsche tenía parado el victorioso 919 de Le Mans y en lugar de llevarlo al museo, lo ha evoluciona­do para convertirl­o en un caza-récords. Faros fuera, limitacion­es del reglamento del WEC fuera, gasolina y ruedas que les da la gana¼ y baten el tiempo sin condicione­s de carrera, sin ningún tipo de reconocimi­ento oficial y estropeand­o la bonita historia de Stefan Bellof. Insisto, me parece digno de quitarse el sombrero, pero quizá en esta ocasión habría que haber pensado en que no todos los récords hay que batirlos. Este no. mc

«Bellof dejó el récord de Nürburgrin­g en carrera en 6©11©©13. Lo de hoy es otra cosa...»

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