Motor Clásico

Cuaderno de apuntes

FARMAN A6A AERODINÁMI­CO

- por Fernando Hoyos

Henri Farman ha sido tal vez el pionero de la locomoción más completo de la historia. A finales del siglo XIX ya despuntaba como ciclista de competició­n cuando esta modalidad empezaba a hacerse popular; ya principios del XX se interesó por el incipiente automovili­smo, donde consiguió éxitos notables en aquellas carreras entre ciudades tan en boga en aquella época (1). En 1905 sufrió un grave accidente en la Gordon-Bennett que le hizo abandonar la especialid­ad para iniciarse en el embrionari­o mundo de la aviación (que difícilmen­te podría ser menos peligroso).

F ar man sabía poco de aviones, así que en 1907 acudió a las instalacio­nes de los hermanos Voisin en Billancour­t, París, la primera fábrica de aviones del mundo, y encargó un biplano. Los aviones Voisin en ese momento eran bastante imperfecto­s a pesar de ser los mejores del continente (2), pero Henri introdujo algunos cambios y consiguió en 1908 realizar el primer vuelo en circuito de 1 Km. Un acontecimi­ento para la naciente aviación de la época que le reportó un premio de 50.000 francos.

Esto permitió a Far man encargar un nuevo aeroplano con especifica­ciones propias queVoi sin fabricó, pero que, sin embargo, vendió a otro aviador. La treta enfureció a Henri, que rompió la relación y acabó montando, junto con su hermano, su propia fábrica. En poco tiempo, los aviones de los Far man adquiriero­n gran demanda, que continuó así durante toda la Primera Guerra Mundial. Pero concluida la contienda, el gobierno decretó una ley según la cual las empresas que se habían beneficiad­o del conflicto (como Farman, Voisin, y otras) debían devolver gran par te de sus ganancias. Ello, y la menor demanda en tiempos de paz, llevaron a que tanto Voisin como Farman decidieran buscar una salida en el mundo del automóvil. Así nació en 1919 el Farman A6A: un coche de lujo que fue evoluciona­ndo hasta que, en 1923 Ð el año también de la aparición del rocamboles­co Voisin Laboratoir­eÐ , Farman lo utilizó como base para crear un coche de competició­n. También en aquellos años las carreras eran buena publicidad.

El bólido tenía un motor de seis cilindros de 6.597 cc, árbol de levas en culata, dos carburador­es y una potencia de 100 CV a solo 2.800 rpm. Con una caja de cambios de cuat ro relaciones, log raba a lcanzar los 160 k m/h, una velocidad estratosfé­rica para la época. Se construyer­on dos ejemplares, uno con carrocería abierta para dos ocupantes y otra cerrada para cuatro personas, ambas en aluminio. El modelo cerrado llevaba unos curiosos guardabarr­os planos como si fueran pontones a ambos lados. A la cabina se accedía levantando una parte abatible de ese guardabarr­os y una portezuela plegable (sólo en el lado derecho). Para sacar las ruedas de repuesto, era necesario elevar toda la parte trasera de la carrocería Ð terminada en puntaÐ mediante unas bisagras. El hecho de llevar dos ruedas de repuesto en vertical, y en voladizo detrás, evidenteme­nte no favorecía la estabilida­d que ya de por sí no era óptima en los A6A originales. De hecho ninguno de los dos prototipos era un buen coche de competició­n y sólo se inscribió el modelo abierto en una carrera en cuesta en La Turbie (Niza) donde no destacó especialme­nte.

Henri Farman dejó a un lado la competició­n y siguió construyen­do sus muy exclusivos coches (un Farman era más caro que un Rolls Royce) y, unos años después, en 1929, se reunió con Gabriel Voisin con motivo de la inauguraci­ón del monumento conmemorat­ivo de su gesta en 1908 con un Avion Voisin. Ambos ya eran por entonces empresario­s que fabricaban coches de gran lujo, aunque tal vez consciente­s de que los buenos t iempos se estaba n acaba ndo. Fa r man cer ra r ía su fábrica en 1931, y Voisin perdería el control de la suya en 1937. mc

«Antes del A6A Aerodinámi­co, Farman se alió con Voisin para desarrolla­r biplanos con los que logró grandes hazañas»

(1) 1ë en la París-Pau y en la París-Viena de 1902; participa en la París-Madrid de 1903; finaliza 5ë en la París-Berlín de 1905¼ (2) En Europa se desconocía lo que ya habían conseguido los hermanos Wright en EE.UU. y fue una sorpresa cuando Wilbur Wright demostró en Le Mans en 1908 el alto nivel de maniobrabi­lidad de sus aviones; muy por encima de los europeos, que seguían siendo bastante inestables.

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