Motor Clásico

124 2ãSerie (FL) «Pamplona»

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En 1975 el accionista principal de Seat seguía siendo el estado y tenía que resolver el problema que planteaba la fábrica de Authi en el polígono industrial de Landaben (Pamplona). British Leyland Motor Corporatio­n se quería deshacer de ella y, para mantener la plantilla en lo posible, el INI ordenó que Seat comprara esas instalacio­nes. En ese momento no era una operación ventajosa para Seat, pero no tuvo opción. Ese año fue también el del lanzamient­o del 131, por lo que Seat decidió llevar allí la producción de la segunda serie del 124. Aunque no todos se fabricaron en Landaben, la mayoría sí y por eso se le conoce como 124 «Pamplona», aunque la denominaci­ón interna de esta serie es FL. Fiat no lo fabricó en Italia, donde se detuvo la producción en 1975, pero apareció en otros países como India o Turquía. En España, la segunda serie supuso el final del 1430.

En 1975, el último año de la primera serie, el 124 todavía se vendía bien en España, menos que un Simca 1200 pero más que un Renault 12. Ese año comenzó la producción de la segunda serie, que estuvo en el mercado a principios de 1976. Por equipamien­to, la gama estaba compuesta por el D, el D LS y D Especial. También había diferencia­s mecánicas entre ellos: en el D no había servofreno y el D Especial tenía un grupo más largo que los otros dos (4,1 en vez de 4,3). La gama de motores comprendía el 1,2 l de 60 o 65 CV (distinto carburador) y el 1,4 l de 75 CV para el D Especial. Estas versiones evoluciona­ron en dos direccione­s,

CON EL D ESPECIAL 1800 FL 82 Y EL 2000 FL 90, SEAT FABRICÓ AUTÉNTICAS BERLINAS DEPORTIVAS.

las menos costosas perdieron los frenos traseros de disco y otras ganaron la caja de cambios de cinco velocidade­s.

En 1977 llegaron los motores de doble árbol, con un planteamie­nto ligerament­e distinto. Del 1600 había dos variantes, una para gasolina normal con 90 CV (FL 40) y otra con una compresión más alta para gasolina súper y 95 (FL 45). El motor era básicament­e el del 1430 Especial 1600, no el que estrenó el Sport Coupé. Con relación a éste, la carrera estaba acortada 0,8 mm para que la cilindrada quedara por debajo de 1.600 cc. Fiat también montó este motor de 1.592 cc en la tercera serie del 124 Sport Coupé (CC), pero Seat no. En cualquiera de las dos variantes, el D Especial 1600 era un turismo rápido; incluso en 1977 era raro encontrars­e por la carretera algún coche que corriera más. Haberlos los había, pero el tráfico era muy distinto entonces; no era frecuente coincidir con otro coche rápido en manos de un conductor que mantenía un ritmo ligero. Aunque rápido, no era un deportivo. Mantenía los mismos neumáticos de 155-13 de otras versiones y, con una caja de cinco velocidade­s, la 5ª era larga (la velocidad máxima era casi igual en 4ª y 5ª).

El 1800 (FL 80) tampoco se podía considerar una berlina deportiva (ese término aún no estaba en el lenguaje común). El motor era el que tuvo anteriorme­nte el 1430 Especial 1800 (FU 10) y parecido (no igual) al del Sport Coupé 1800. Tenía los mismos desarrollo­s de transmisió­n del 1600, con una quinta un poco larga. Lo peor es que Seat mantuvo los neumáticos de 155-13”, claramente inadecuado­s para un coche de sus prestacion­es y peso que, además, tenía un chasis ya algo anticuado. Si la motricidad nunca fue el punto fuerte del 124, con este motor y estos neumáticos quedaba muy por debajo de lo deseable. La instrument­ación, con manómetro de aceite, sí era apropiada para cuidar el motor cuando se quería aprovechar las posibilida­des del motor sin castigarlo.

La cosa cambió con una seg unda variante lanzada el año siguiente, el FL 82. Al final de la vida del 124, Seat instaló una dirección de cremallera mucho más precisa y suave que la de tornillo y rodillo, semejante a la del 131 que ya se había empezado a fabricar. La desmultipl­icación prácticame­nte no cambiaba pero las bieletas de dirección sí y eso la hacía más rápida; además, se eliminaba la holgura caracterís­tica del mecanismo anterior. Como el volante requería menos esfuerzo, Seat cambió el volante grande y fino por uno de menor diámetro, semejante al del Sport 1430. Las ruedas pasaron a ser 175/70-13”, con el aumento correspond­iente en la anchura de llanta; es decir, más anchura y perfil más bajo, algo que necesitaba un 124 con esta potencia. Con unos refuerzos adicionale­s en el bastidor, distintos muelles (más altos delante, más cortos detrás), amortiguad­ores y distinta alineación de las ruedas delanteras (ya sin caída positiva), el FL 82 se conducía mucho mejor, algo que apreciaron los que lo usaban por carretera abierta y los que aún competían con él. El canto del cisne del 124 fue el Especial 2000. El motor era esencialme­nte el mismo que el dos litros que había desarrolla­do Fiat pero, en España para quedar por debajo de 13 CV fiscales, se redujo la carrera y quedó en 1.920 cc. Como el aumento de cilindrada era pequeño con relación al motor de 1,8 l y la relación de compresión algo menor, lo cierto es que apenas había diferencia de prestacion­es entre ambos. Aunque superado en muchos aspectos por coches de producción nacional más modernos, el 124 seguía siendo la referencia por prestacion­es, más de diez años después de su lanzamient­o.

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Clase alta. El D Especial 1430 (FL 10) era prácticame­nte una versión de lujo, con un acabado más cuidado y un equipamien­to más rico. También tenía diferencia­s mecánicas con el D y el D LS con motor de 1,2 l
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Deportivo. En los FL 82 y FL 90, las ruedas más anchas, la dirección de cremallera, los refuerzos en el bastidor, los ajustes en la suspensión y en la alineación de las ruedas mejoraron notablemen­te las cualidades dinámicas.

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