ESOS LOCOS DEL BX
UNA APUESTA ACERTADA
Cuando se nos preguntaba por qué habíamos elegido una berlina de tipo medio con suspensión hidroneumática para correr un raid la mayoría no entendía nada. Pero la filosofía de la prueba es bien clara. No se trata de la Baja Aragón ni del París-Dakar, hace falta un vehículo sólido, barato, fácil de preparar y reparar, y sobre todo confortable. «Sopesé varias opciones y enseguida lo tuve claro», asevera Jaume Poch, coleccionista de clásicos a su pesar -le cuesta admitirlo- con claras tendencias citroenistas. El protagonista mecánico de esta aventura es un BX 16 RS del 88 con motor 1.600 cc de carburación (94 CV) y caja de 5 marchas -la versión de equipamiento más básica-, comprado para la ocasión a su primer dueño, un payés de Lérida que tras haberlo usado durante veinte años y casi 200.000 km lo dejó arrinconado bajo una lona, dado de baja temporal.
Al estar tan bien conservado sólo hubo que hacer la distribución (por profilaxis) e instalar diversos elementos: soportes de motor reforzados, circuito de refrigeración renovado con radiador de BX turbo diesel, ventilador doble, manguitos, bomba, termostato... La suspensión fue revisada, con retornos de líquido nuevos, pruebas de esferas varias jugando con las presiones y calibrados de amor- tiguación, frenos renovados, latiguillos reforzados, etc. Ya llevaba un protector de cárter que le montó su anterior propietario.
En el interior se puso un cortacorriente, cuatro puertos USB, indicador de temperatura de agua y cuentavueltas, interruptor del ventilador, volante y asientos delanteros de BX GTI (el trasero fue suprimido), anclajes para ruedas y gato, arcones herméticos para equipaje y herramientas, dos extintores, martillo de seguridad, soporte para tablet, luz de copiloto, etc. Con cuatro neumáticos de tacos (más dos de recambio) quedó listo. Los trabajos fueron realizados por un mecánico profesional, miembro del André Citroën Club y experto conocedor del modelo.
Para Jaume el balance final es plenamente satisfactorio. «Casi todo el mundo lo veía con cierto escepticismo, pero ha quedado demostrado que es posible hacer un raid con este coche: tiene buena motricidad, altura regulable, potencia suficiente, fiabilidad mecánica, y excelente confort. Solo sufrimos un par de pinchazos, la pérdida del escape (luego recuperado) y una varilla del mando corrector de altura suelta. Pero ninguna avería mecánica ni hidráulica: fue como una seda». Teniendo un coche tan bueno, un copiloto que supiese navegar ya hubiera sido la pera...