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CON UNA ASISTENCIA DE PÚBLICO SIMILAR A LA DEL 2017, LOS EXPOSITORES ESTABAN SATISFECHOS CON LAS VENTAS
El recinto ferial vizcaíno ha vuelto a recibir la visita de algo más de 38.000 personas, según la organización. Se trata de una cifra similar a la del año pasado, que no hace sino confirmar que los aficionados repiten y que a ellos se suma un público deseoso de conocer cómo es nuestro mundo.
Además de la presencia de 200 expositores, el Pabellón 5 del Bilbao Exhibition Centre ha contado este año con nuevos alicientes en sus 21.800 metros cuadrados. En una visión panorámica, desde arriba destacaban las exposiciones del Museo Aguinaga y del museo Torre Loizaga. De la colección del museo dedicado a Mercedes-Benz llegaban cinco ejemplares en estado magnífico, siendo el más veterano un poco visto todo atrás 130 H de 1934. Dicho modelo careció en su época de éxito comercial y sólo se construyeron 4.298 unidades, aunque ahora era el que generaba más atracción entre la gente. Y junto a él, un impoluto 190 SL, un elegante cabriolet 170 V de 1936, un impresionante 280 SL Pagoda y un 300 Adenauer.
Al lado se encontraba el stand del Museo Torre Loizaga, que curiosamente no mostraba ninguno de los numerosos Rolls-Royce que han dado fama a la colección, sino que exhibía cinco vehículos fabricados antes de la Gran Guerra. Dos de ellos eran de producción americana -un Buick 5 de 1908 y un Ford T de 1911-, en tanto que los otros tres tenían origen francés: un Gladiator de 1900, un Delaunay-Belleville 10 CV de 1907 y un DeDion-Bouton de 1908.
También se notaba una mayor presencia de clubes y la ventaja de tener un aparcamiento gra-
tuito interno si se llegaba a bordo de un vehículo con más de 30 años. De hecho, sus 400 plazas ocupadas se transformaron en un lugar ideal para el paseo y descubrir cuáles son los modelos más comunes de esta afición.
Por su parte, los vendedores de repuestos, objetos de Automobilia y demás material se quedaban contentos con la asistencia de un público que no dudaba en adquirir aquellos repuestos y adornos que necesitaba. Y en un sentido distinto, tambien gozaron los que acudieron el domingo al Motorshow, con 30 pilotos que dieron espectáculo sobre la pista deslizante habilitada en el Pabellón 1.
En resumen, un certamen más que afianzado, en el que se compra, se vende y hay ocasión de contemplar espectáculos y unos vehículos ciertamente llamativos.