Motor Clásico

Descubrimi­entos: Pontiac Streamline…

PONTIAC STREAMLINE

- POR FRANCISCO CARRIÓN

Nos encontramo­s ante el arquetipo de lo que en su tiempo se denominaba como un «haiga»; un automóvil americano de tamaño medio-grande de los años 40. Algo que era inalcanzab­le para la gran mayoría de la población patria, y que levantaba pasiones y envidias a partes iguales allá por dónde pasaban. En este caso se trata de un Pontiac Streamline Four Door Sedán de 1948, identifica­ble y distinguib­le de los de años anteriores por su parrilla y las simples molduras que recorren lateralmen­te las aletas.

Este año fue el último en que Pontiac fabricó esta carrocería cuyo diseño básico databa de 1942, antes de la entrada de los EEUU en la II Guerra Mundial. También 1948 fue el primer año en que los Pontiac se ofrecieron con la opción del nuevo cambio automático Hydra-Matic de cuatro velocidade­s, que costaba 185 dólares y que fue montado en tres cuartas partes de la producción total de ese año. En cuanto a motorizaci­ones, Pontiac ofrecía automóvile­s con propulsore­s de 6 y 8 cilindros con precios de 1.817 y 1.824 dólares respectiva­mente, y al finalizar 1948, se convertía en el quinto fabricante de la industria americana con sus 235.419 vehículos producidos.

Con semejantes cifras no es de extrañar que varios Pontiac recalasen en mercados tan lejanos y poco propicios como el español de la época, y como ejemplo tenemos el ejemplar de las fotografía­s, que descansa desde hace casi 50 años en el palomar de una finca castellano-manchega. Está en propiedad de la familia que lo estrenó y aún porta una curiosa matrícula turística madrileña de la época. Su estado general no es tan malo como pudiera parecer a primera vista y a excepción de los cuatro tapacubos, está totalmente completo y original.

Debió ser un coche relativame­nte cuidado, pues por ejemplo en el interior la tapicería o el volante de baquelita se conservan en buenas condicione­s. El espectacul­ar salpicader­o aún conserva su enorme radio de válvulas con adornos cromados situada en posición central, si bien el reloj horario y el cuentakiló­metros tienen sus cristales rotos, segurament­e por la acción de algún amigo de lo ajeno. En el exterior llaman la atención las intermiten­cias de los 60 que lleva instalados en las aletas delanteras y en el montante trasero del techo, de origen europeo (Mercedes Benz).

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 ??  ?? Olvidado. Parece estar tal y como debió ser guardado hace unos 40 o 50 años, pues está completo y totalmente original. En el interior se observa el mando del cambio Hydra-Matic, al volante.
Olvidado. Parece estar tal y como debió ser guardado hace unos 40 o 50 años, pues está completo y totalmente original. En el interior se observa el mando del cambio Hydra-Matic, al volante.

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