Noticias
MÁS ALLÁ DE LO DEPORTIVO, LAS 1000 MILLAS SON UNA REUNIÓN SOCIAL DE LA ÉLITE DEL AUTOMÓVIL
La pareja Moceri-Bonetti, con un Alfa Romeo 6C 1500 SS de 1928, descorcharon en el podio de Brescia la botella de champán como vencedores de la legendaria carrera italiana. Cierto que ahora no es de velocidad pura como las originales (1927-1957), sino de regularidad. Pero 430 coches inscritos dan una idea de la repercusión y la capacidad de convocatoria que siguen teniendo las 1000 Millas en su versión histórica, que ya contabiliza 37 ediciones.
Enumerar los vehículos que tomaron la salida desde donde siempre, la céntrica plaza Vittoria de Brescia, sería largo. Un par de datos: 75 marcas, 44 Alfa Romeo, 35 Jaguar, 31 Mercedes-Benz y participantes llegados de 33 países, incluido nuestro compatriota y amigo Oriol Vilanova, quien compartía el volante de un Bugatti T40 de 1928 con el estadounidense Shawn Till. La pareja terminó clasificada en un admirable puesto 38º, después de 1.801 km de recorrido y cuatro intensas etapas desde el miércoles 15 de mayo al sábado 18: BresciaCervia, Cervia-Roma, RomaBolonia y Bolonia-Brescia.
Entre medias, la gente de Mantova, Ravenna, Urbino, Asís, Viterbo, Siena, Florencia, Módena y Parma, como en todas las demás ciudades por donde pasó la «Flecha roja», se echó a la calle a vitorear el paso de los OM, Bugatti 35, Lancia Lambda, BNC Monza, Salmson GS, Bentley 4,5
Supercharged, Aston Martin Le Mans, Fiat 508 Coppa d’Oro, Lagonda M45, BMW 328, Siata 1100 MM, Cisitalia 202, TalbotLago, Stnaguellini, Biondetti, Ermini, Abarth y, por supuesto, Ferrari 340 América y los nueve 300 SL que inscribió la propia Mercedes-Benz.
El podio lo completaron los brescianos Vesco-Guerini (Alfa Romeo 6C 1750 SS Zagato de 1929) y los argentinos Tonconogy-Ruffini (Bugatti Tipo 40 de 1927).