Bastidor y transmisión
La caja de cambios (BC5 de Ford) es uno de los puntos débiles, sobre todo si no se ha sido mínimamente cuidadoso o se ha aumentado el par motor. Tiene varios puntos internos de desgaste, incluidos los sincronizadores y los propios ejes. Que tenga un ruido continuo de giro, que las marchas no entren suavemente o que rasque (sobre todo la segunda y la tercera) es un mal síntoma. Por los problemas que da, hay quien ha optado por poner una caja de cambios de un Diesel y es un error. Si hay posibilidad de levantar el coche por delante, conviene comprobar que, al girar una rueda con la mano, la otra lo hace en el mismo sentido. Si no, es que han sustituido el diferencial por uno sin el acoplamiento viscoso.
La suspensión no tiene más problemas específicos que esté transformada con la divisa «cuanto más más bajo y más duro, mejor». Eso no es cierto en ningún caso y menos en el del Escort RS Turbo, en el que ese principio puede agravar los problemas de falta de motricidad y de reacciones violentas. Conviene examinar el desgaste de las ruedas para comprobar que es uniforme en toda la banda e igual en las dos ruedas delanteras, así como fijarse en que la distancia entre el neumático y la aleta es constante e igual en los dos lados.
Los frenos eran claramente insuficientes. En la Serie 2 mejoraron en potencia pero seguían fallando por resistencia al calentamiento. Además, el sistema antibloqueo mecánico de Lucas Girling funcionaba muy mal (contamos más en el recuadro). Hay varios kits para eliminarlo o impedir su funcionamiento.