Aquel infausto antibloqueo de frenos
Ford probó con un sistema antibloqueo de frenos de Lucas-Girling llamado SCS, acrónimo de «Stop Control System». Mientras Bosch desarrollaba sus ABS electrónico, en el mercado desde 1978, LucasGirling utilizó uno completamente mecánico que costaba aproximadamente un tercio.
Tras la bomba de freno (1) había dos reguladores de presión (3), uno para cada parte del doble circuito. Dentro de estos reguladores había un eje movido por una correa conectada a los palieres (2). Cuando la frenada era normal, el líquido de frenos entraba y salía del regulador sin cambio en la presión por un baipás. Si el giro de ese eje se ralentizaba, una rueda libre seguía girando y, por tanto, había una diferencia de velocidad entre el eje y esa rueda libre. Esa diferencia de velocidad movía un elemento que, mediante, una válvula, cerraba el paso del líquido hacia los frenos y lo enviaba de vuelta al depósito. Cuando el eje y la rueda libre volvían a tener una diferencia de velocidad predeterminada, el líquido de frenos volvía al circuito para accionar el disco de un lado y el tambor del lado contrario.
Era ingenioso y tenía cierto atractivo mecánico. Si además hubiera funcionado, ya habría sido la leche. Pero no, los Escort con aquellos frenos alargaban la frenada y, si el suelo tenía una superficie o una adherencia irregulares, podía dar un buen susto.