Motor Clásico

A ambos lados de la barrera

- por Ricardo Muñoz

Afinales de septiembre de 1990 recibí en la redacción de AUTOPISTA una llamada de Achim Warmbold, jefe del Mazda Rally Team Europa, cuya base estaba en Br uselas, Bélg ica. Como la última vez que había hablado con él había sido en Montecarlo, por el tema de que quería una cazadora de aviador que yo tenía para su hijo, le devolví la llamada sin mayor interés. Achim rápidament­e entró en materia y me preguntó si el tal Chus Puras que había ganado el Rallye Príncipe de Asturias era el mismo que había sustituido a Carlos Sainz en el equipo Ford. Había leído unos días antes la crónica que yo había hecho para el periódico L’Equipe. Lógicament­e, le contesté afirmativa­mente.

Me contó que para 1991, de sus dos pilotos oficiales, Hannu Mikkola y Timo Salonen, este último le había dicho que tenía dos ofertas, una de Lancia y otra de Mitsubishi, y que tenía un sitio libre para 1991 en su equipo. De una manera velada, Achim me preguntó si creía que el piloto podría aportar, como lo había hecho Carlos Sainz, algún sponsor para el equipo. Ahí me curé en salud y le respondí que no lo sabía, que eso era cosa de tratar con el cántabro en persona. Sí le di el teléfono de Puras, encantado de que un equipo del Mundial hubiera pensado en un piloto español para la siguiente temporada.

Como no tenía noticias de Puras, le llamé al cabo de un tiempo y le pregunté si Warmbold se había puesto en contacto con él. De entrada, me contestó con una evasiva, pero sí me confirmó que habían quedado en hablar en el RAC de Inglaterra, que comenzaba el 25 de noviembre. Como estábamos a finales de septiembre, me extrañó dejar un tema tan importante y prometedor para tan tarde.

Yo seguí con mis rallyes en el Mundial, con el San Remo en octubre y para el RAC, desgraciad­amente, me rompí un brazo. Para ir a Harrogate, al norte de Leeds,

en Inglaterra, me acompañó una amiga mía, cosa rarísima ya que habitualme­nte durante 39 años he ido casi siempre solo. No sabía cómo me iba a responder el brazo y como alquilé un coche automático, conducía yo. Puras, por su parte, me había comentado que iba a ir en barco desde Santander, con un coche.

Ya en el rallye británico, el piloto cántabro trató de localizar a Warmbold. Tardó en hacerlo porque primero Mikkola, con el motor roto, y después Salonen, que se salió de la carretera, habían abandonado con la consiguien­te «crisis» originada dentro del equipo Mazda. Al final se produjo la entrevista entre Chus y Achim y, somerament­e, llegaron a un (pre)acuerdo, poco claro en temas económicos y de programa. Sí quedó claro que el español contaría con un Mazda 323 GT-X para Montecarlo y Portugal.

En el rallye monogasco, Puras no tuvo suerte y se salió de la carretera por una confusión en las notas. Había apuntado que en una larga bajada recta, debía «frenar en poste de teléfono partido» (sic)… El día del rallye habían reparado el poste y Chus Puras y Alex Romaní se salieron. En Portugal, terminó en séptima posición, pero hubo tirantez y mal rollo con el equipo porque Puras no paró a ayudar a Mikkola en un tramo donde el finlandés se había quedado tirado con el alternador averiado.

Por uno u otro motivo, se rompieron las relaciones entre Puras y Mazda. Creo que hubo otra oferta poco clara para correr en Nueva Zelanda, pero supeditada a un sponsor… que no llegó. Así que Chus siguió con su exitosa campaña en el Campeonato de Rallyes de España, en 1992 con Lancia, que ganó, y en 1994 con el Ford Escort RS Cosworth, con el que se impuso en el Mundial de Grupo N. Más tarde vendrían un primer contacto con Citroën, saldado con un título de España con el Citroën ZX de Julián Piedrafita, y una temporada con Seat en el Mundial con el Ibiza Gr.A.

En 1998 regresó a Citroën. Con el Xsara Kit Car lograría un sinfín de victorias y los campeonato­s en España de 1998, 1999 y 2000. Una victoria con el Xsara WRC oficial en el Tour de Corse de 2001, valedero para el Mundial de Rallyes, fue la guinda del pastel de sus participac­iones internacio­nales. mc

«Un accidente (Montecarlo) y un mal entendido (Portugal) rompieron la relación Puras-Mazda»

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