Motor Clásico

EL CASO KOENIGSEGG

- por Francisco Carrión

El próximo día 29 septiembre Bonhams va a subastar en Suiza una colección de 25 supercoche­s procedente­s de la colección de un príncipe africano que ha sido juzgado culpable de varios delitos. Uno de los vehículos procedente­s de esta colección es un Koenigsegg modelo One:1 de 2014, uno de los sólo seis que se fabricaron. El fabricante sueco lo bautizó como «el primer mega coche del mundo», pues era el primero en producir más de un megavatio de potencia. La unidad ofrecida por Bonhams tiene sólo 597 kilómetros recorridos desde nuevo, y ha recibido por parte de la casa una estimación en catálogo de entre 1,6 y 2 millones de euros.

Pues bien, el propio fabricante del coche, en un extraño movimiento nunca visto hasta ahora, ha contradich­o a la reputada casa británica y ha emitido un duro comunicado rebatiendo la tasación realizada. Según Koenigsegg, «Bonhams ha realizado interesada­mente una estimación por debajo del precio real de mercado, a pesar de que hemos contactado con ellos y les hemos enviado todos los precios alcanzados hasta ahora por los One:1. Todos han superado la cifra de Bonhams en casi el doble, y todos los indicadore­s muestran una tendencia al alza para este modelo». ¡Y el argumentar­io de Koenigsegg aún continuaba varios folios!

Es difícil de explicar semejante pataleta pública, y menos por parte de un fabricante serio de automóvile­s. Pareciera el típico caso de sobreprote­cción por parte de un padre, o traspuesto a nuestro mundillo, la típica ceguera del vendedor que cree que «su» coche vale más, porque es mejor que otras unidades según su muy particular punto de vista. Tengo que decir que yo mismo, como tasador de cierta casa de subastas —que no es Bonhams— sufro a diario la lucha con un gran número de vendedores que no se atienen a razones sobre el valor real de sus coches, por mucho que se les explique. Y en este caso, Koenigsegg debería notar que Bonhams ofrece toda esta colección sin precio de reserva, y es una práctica muy común, clásica y totalmente aceptada el que las casas de subasta pongan estimacion­es algo por debajo de lo que sería normal cuando se subasta sin precio de reserva (de inicio, al mejor postor). Ello siempre atrae a más pujadores, y generalmen­te, como a río revuelto, ganancia de pescadores, los resultados finales suelen ser mejores que con precio de reserva y estimacion­es realistas o altas.

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