PORSCHE 911 TARGA (996)
(2001 - 2005 )
Cada uno es la máxima autoridad en sus preferencias y, si a alguien le gustan los 911 refrigerados por aire, no hay nada más que hablar. Pero gustos aparte, si nos atenemos a lo objetivo, el 996 era muy superior al 993, por mucho que les cueste admitirlo a los porschistas más recalcitrantes. En los años 90 un motor refrigerado por aire estaba desfasado y, de hecho, Porsche trató de acoplar la refrigeración por agua en el 993, pero era imposible sin cambiar todo el coche. Y eso hicieron con el 996. Además, el 996 tenía otras ventajas, muchas de ellas derivadas de un diseño y una producción más acertadas. Ciertamente, estuvo constreñido por un necesario programa de reducción de costes en la fabricación pero, aun así, tenía un grado de calidad superior.
Uno de los ejemplos de ese diseño más acertado es precisamente el Targa. Ninguno de los 911 de los 90 mantenía la idea original: un coche que se podía hacer descapotable y con un extenso arco de seguridad. Fue la respuesta de Porsche a la preocupación en Estados Unidos por la seguridad de los descapotables. A partir de una idea de Ferdinand Alexander Porsche (Butzi), esa solución fueron dos piezas independientes: un techo rígido desmontable, que se guardaba en el maletero, más una ventana posterior de plást ico f lex ible que también se podía quitar. Como la elección del nombre “Carrera” fue tan acertada, pensaron en otra prueba clásica, la Targa Florio. Harald Wagner, director de ventas desde 1954 a 1988, comenta “Un compañero dijo que los clientes lo iban a llamar Flori. Así que propuse dejar solo Targa. Lo que no sabíamos es que, en italiano, targa significa matrícula”.
Ni el 993 ni el 996 eran descapotables. El tenía un techo corredizo dividido en segmentos que se podía replegar eléctricamente bajo la luneta. Cuando estaba abierto, si se circulaba lo bastante deprisa, se notaba la torsión del chasis porque esos elementos de cristal chocaban entre sí y hacían ruido. Al replantear completamente el 911 el bastidor ganó rigidez y, además, el techo corredizo iba sobre una estructura con goma que eliminaba los ruidos. El 996 Targa batió un récord, tubo la superficie de cristal más grande puesta hasta ese momento en un 911, con un área superior a 1,5 m². También fue el primer 911 con una luneta que se podría abrir, muy cómoda para meter objetos en las plazas traseras desde el exterior. Un rasgo de estilo común al 993 y al 996 es que los cristales laterales traseros tenían un extremo en punta, en lugar de redondeado. Era un detalle menos pero que daba un aire muy distinto al perfil.
El 996 era un g ran depor t ivo. Difícil de conducir por carreteras lentas tan rápidamente como permitía su motor, pero estable en recta y carreteras rápidas hasta un límite muy alto. Además, como otros 911, era perfectamente válido para uso diario por el confort de suspensión y la altura de la carrocería.
EL TARGA YA TENÍA LAS MEJORAS DE CARROCERÍA INTRODUCIDAS EN LA SEGUNDA SERIE DEL 996