Motor
Los dos motores de origen Isuzu eran un 1,6 l atmosférico (4XE1UW) con 132 CV y una versión turboalimentada (4XE1WT) de 167 CV (157 con catalizador). Lotus los modificó en varios aspectos, entre ellos aumentar la relación de compresión y cambiar la distribución para ganar par a régimen alto. Lo primero que conviene saber, especialmente del turboalimentado, es si lo han retocado para aumentar la potencia. Lo más común era modificar la centralita con lo que, en el caso del turbo, la potencia podía pasar de 200 CV. Es posible que, tras esta operación, el motor siga en buenas condiciones pero, en caso de duda y si es posible, es mejor una unidad que no haya sido alterada. Lo que definitivamente no es aconsejable es un motor que tenga otro tipo de variaciones mecánicas, como una válvula de descarga modificada o incluso un control manual de la presión. Unos tubos rígidos del aire comprimido, en cambio, mejoran la respuesta y no causan ningún daño a largo plazo. Como en todos los turbo, conviene que un compañero mire si sale humo de aceite por el escape al acelerar a fondo en marchas largas desde baja velocidad, una mala señal.
Uno de los puntos débiles de ambas versiones es el sensor del ángulo del cigüeñal. Si falla provoca un funcionamiento irregular de la inyección y puede que ocurra sin que se llegue a encender el testigo de fallo del motor, que finalmente acabará indicándolo. Si lo hace de forma intermitente, seguramente hay que cambiar ese sensor. En el caso del turbo, lo ideal es que los propietarios hayan cambiado el aceite cada 8.000 km y utilizado uno sintético 100%.
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