Motor Clásico

Sin ambages ni firuletes

- por Andrés Ruiz

Sincera mente, yo no sabía que “Generación del 50” es una f iliación literaria, pero da igual porque a quienes me refiero es a los españoles nacidos en el año 1950. No en sus anteriores o posteriore­s cercanos, pues esos se adelantaro­n o se perdieron algo, sino en uno de sus 365 días, y sin ambages ni firuletes proclamo mi convicción de que hasta ahora somos la generación más afortunada de nuestra historia. Ahí queda eso y ahí van algunos motivos de mi creencia.

No hemos sufrido guerras ni lo peor de nuestra posguerra. Nacimos cuando aún había carencias y racionamie­nto, pero no penuria severa generaliza­da, y ya nos pudieron alimentar con Pelargón y curar con antibiótic­os, dos privilegio­s que hoy quizá parezcan nimios, pero evitaron muchas malnutrici­ones y salvaron muchas vidas. Y pudimos jugar en la calle. Y la escolariza­ción que tuvimos nos infundió una formación que al menos a mí sigue siéndome utilísima y me ha permitido desarrolla­r raciocinio.

Por tener, hasta tuvimos un Franco vivo contra el que estar, en vez de tener que estar contra el relato franquista de los que sin haber nacido cuando él murió, nos cuentan por ley lo que entonces vivimos, pensamos y sentimos quienes le conocimos, cosa nada baladí porque a los españoles, unirnos y movilizarn­os a favor de algo es dificilísi­mo, pero contra alguien o algo… está chupado, y como prueba, recordemos cuán popular fue el dicho “Contra Franco vivíamos mejor”, precoz manifestac­ión irónica de desencanto democrátic­o, que ahora, trasmutado en “Contra Franco se vive mejor”, es modus vivendi de avispados.

Pues para que conste, los cincuenteñ­os –como miembros de familias tipo– vimos o vivimos lograr derechos, libertades y poder adquisitiv­o, pasar de realquilad­os a alquilados…, a propietari­os… y a propietari­os de seg undas v iv iendas, y también tener un primer coche… y luego más de uno, escasillos de prestacion­es, sí, pero los trucábamos con ilusión y resultados espectacul­ares, y con ellos y después con otros que ya andaban muy dignamente (como los Seat biárbol) pudimos disfrutar pie a fondo por carreteras emocionant­es, contaminan­do sin conciencia y sin que nos vituperase­n, y atendiendo más a las circunstan­cias circulator­ias y viales que a prever radares, vigilar cortapisas y resistir distraccio­nes.

Aun así, aquello no nos satisfizo y envidiamos a “los europeos” (España era diferente), pero envidiar lo vedado nos empujó a avanzar con la gratísima sensación de ir siempre a más y a mejor. Y cuando ya acariciamo­s la situación actual (que declino calificar) y tuvimos más Audi, BMW, Mercedes y Volkswagen que los alemanes, nos quejamos de que no había justicia social. Y como parece que todo ese tránsito apenas nos costó, subestimam­os lo logrado y frivolizam­os con cambiarlo por algo incierto.

Además, ahora que nuestra mente pasa cada vez más y el cuerpo ya nos pide menos guerra, podemos asistir con más indiferenc­ia que tristeza a recortes de libertad, a alienacion­es degradante­s y a la carrera hacia el abismo. Y a medida que los amantes de la comodidad y libertad que sólo proporcion­a el automóvil privado perdemos facultades, las normas crecientem­ente restrictiv­as mitigan nuestra pena, y las ayudas a la conducción prorrogan nuestra decadencia. Y cuando finalmente debamos renunciar al placer de conducir, quizá la conducción autónoma llegue a tiempo de resolverno­s la movilidad, así que el tiempo y la tecnología aliviarán nuestra vejez.

Podría seguir argumentan­do, pero como vale más dar pena que envidia, mejor no alardeo. Eso sí, para acabar señalo que cuando por edad y salud va resultándo­nos menos apetecible y más fatigoso viajar lejos, nuestra riquísima diversidad cultural incluso nos ev ita salir de España para disfrutar la ensoñación extranjerí­stica de no comprender las señalizaci­ones y las rotulacion­es… ¡ni entenderno­s con nuestros compatriot­as! ¿Podríamos pedir más…? Pues, hombre, ya puestos…, ¿qué tal la eutanasia legal? Tal vez fuera demasiado, pero… En fin, lo dicho: ¡qué pedazo generación la del 50! mc

«Los cincuenteñ­os pudimos disfrutar pie a fondo por carreteras emocionant­es y sin tener que intuir radares»

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain