LA MALDICIÓN DE LOS MUSEOS
España, país de increíbles contradicciones, nos vuelve a decepcionar. La calidad de nuestros gobernantes se pone tan a menudo en entredicho que parece que ya nada nuevo nos podría sorprender; pero estamos asistiendo día sí y día también a la demostración de que todo es susceptible de empeorar. En lo tocante a nuestra afición, la noticia de la subasta de la colección de Desguaces La Torre ha saltado a los medios durante esta “desescalada” primaveral, y acudimos así a otra oportunidad perdida de tener un buen museo en nuestro país.
Había problemas de licencias y con el fisco, pero digo yo: ¿no se podía haber embargado todo, terminar el museo y luego cobrar entrada?. Habría revertido en el bien de toda la ciudadanía, y habría servido como escaparate de la cultura automovilística para generaciones venideras, pero a este paso nunca comprenderán de la importancia que tiene y ha tenido la industria del automóvil en nuestro país. Es, en definitiva, el último capítulo de una larga lista de colecciones que alguna vez tuvieron la intención de convertirse en museo, o incluso llegaron a serlo, pero que al final fracasaron por motivos diversos.
En la lista está el propio museo que los hermanos Del Val ya tenían montado en su Andújar natal, y que inexplicablemente tanto el Ayuntamiento como la Junta de Andalucía dejaron escapar, y ahora como vemos será definitivamente dispersado. La Fundación Toda habría dado para un museo al nivel de los mejores de Europa, pero tras la desaparición de su mecenas y promotor a inicios de los 90, más agua de borrajas. En el circuito navarro de Los Arcos hubo un efímero e interesante museo que inmediatamente desapareció, partiendo muchas de las piezas integrantes al extranjero. También han cerrado recientemente sus puertas el Museo de la Moto de Barcelona y el Retro Auto Moto Ramm que había montado un aficionado ruso en el Barrio Gótico barcelonés. La Fundación Jove de La Coruña se ha topado varias veces con la negativa consistorial de ceder un terreno en condiciones, y la colección languidece polvorienta.
Ante esto, iniciativas como el Museo Claret, la Colección Vidal o el Museo de Salamanca son tan escasas como loables y viendo el panorama no sabemos cuánto tiempo durarán. Porque además, en el caso de la subasta de la colección de La Torre, se penaliza al comprador español con la imposición de un “doble IVA” del cual están exentos los compradores extranjeros intracomunitarios. Otro de nuestros tópicos sinsentidos que hará que muchos de los coches los perdamos definitivamente de vista.