PAÍS VASCO CLASSIC TOUR
Torre Loizaga Valmaseda Amurrio Orduña Peña Cerrada Vitoria-Gasteiz Treviño Lapuebla de Labarca Izki Golf Laguardia Oñate Venta de Urbasa
En el número 372 de Motor Clásico (noviembre 2019) publicamos el reportaje del Siata Turisa 750. Además de material informativo histórico, Jaume Cabot, propietario del Siata y aficionado a la fotografía, nos cedió una serie de fotos de las que él había sido el autor. Como indicamos en el recuadro titulado “Ilusión óptica”, las imágenes estaban realizadas en los alrededores de la Universidad Laboral de Tarragona. Allí se habían hecho en 1961 las fotografías que Siata usó para los catálogos promocionales del modelo Turisa. Jaume Cabot quiso reproducir el entorno y el ambiente de aquellas imágenes históricas, incluso usando antiguas técnicas de revelado para dar a las fotos un tono antiguo. Como también se cita, la persona que aparece en las imágenes, posando con el Siata Turisa, es Marta Silva Huebra. La sesión fotográfica estuvo coordinada y contó con el asesoramiento técnico de Miryam Huebra Oriola, quien además se ocupó de aportar el vestuario adecuado a la época que lleva puesto la modelo en las diferentes tomas.
Resultaría muy difícil comprender la actual afición a los vehículos de colección sin el enorme paso adelante que supuso el Real Decreto 1247/95. Para poner a los lectores más jóvenes en situación, hasta que esta iniciativa legislativa salió adelante, los vehículos recuperados de desguace no se podían matricular, los vehículos importados no se podían matricular y, por supuesto, aquellos vehículos de los que se habían perdido sus papeles y se rescataban de fincas o viejos garajes no se podían matricular, lo que los abocaba al achatarramiento, y a la pérdida de ese Patrimonio.
Y naturalmente, la importación resultaba un absurdo. No tenía sentido traer un coche de Francia, Gran Bretaña o USA para que luego resultara casi imposible matricularlo y, por tanto, utilizarlo. A esas alturas en casi toda Europa existían legislaciones que de alguna manera permitían salvar el problema, unas más restrictivas, otras muy liberales… España era de los pocos en los que no existía modo alguno, con el consiguiente perjuicio para el Patrimonio de Automoción. La imposibilidad de usar algunos de estos coches además ocasionaba una sustancial diferencia de valor con otros países, de modo que muchos de nuestros mejores tesoros nacionales salieron hacia países donde tenían mejores posibilidades y por ello un valor más alto, como Gran Bretaña, Francia o Alemania.
Fue la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, durante la presidencia del gobierno de Felipe González, la responsable de la iniciativa. En realidad no debería sorprendernos que una comisión responsable de salvaguardar la cultura velara por el Patrimonio de Automoción. El texto definitivo fue publicado en el BOE nº 189, del 9 de agosto de 1995, cambiando definitivamente la afición en España por los vehículos de colección.
El nuevo proceso para la matriculación de vehículos históricos era –y es– largo y costoso. De hecho su precio final dejaba prácticamente fuera a vehículos humildes, como los ciclomotores, porque el coste del trámite superaba el del mismo vehículo. Y planteaba problemas como el de los laboratorios autorizados, debido a que aún hoy hay comunidades autónomas que carecen de tales centros, y por ello los aficionados deben desplazarse a otras –vehículo incluido– para poder iniciar el proceso. Pero en definitiva, daba una solución razonable a miles de aficionados con vehículos inmovilizados. Una solución. Pero lo más importante era la filosofía que animó el proyecto de ley y que sigue aún vigente: posibilitar la conservación del patrimonio cultural automovilístico.
Por todas estas razones, FEVA ha decidido otorgar su Premio Extraordinario 2020, coincidiendo con el 25 aniversario del RD 1247 a la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados que aprobó la proposición no de ley que instaba al Gobierno a que se facilitara la circulación de los vehículos históricos y que se protegieran y tutelaran los automóviles de interés histórico de acuerdo con las previsiones de la Ley de Patrimonio Histórico Español, y que redactaron el Reglamento de Vehículos Históricos. También se ha premiado a los miembros del grupo de trabajo interministerial que elaboró el texto del Real Decreto, que velaron por su posterior aplicación.
Del mismo modo, FEVA quiere reconocer, haciendo extensivo el premio, a las administraciones con cuyo concurso la aplicación del RD 1247 ha permitido salvar miles de vehículos históricos de un futuro incierto y han colaborado a mantener nuestro patrimonio cultural automovilístico, fundamentalmente la Dirección General de Tráfico, el Ministerio de Industria y el Instituto de Patrimonio Cultural de España (Ministerio de Cultura).
Las cosas, como decimos, han cambiado mucho en estos 25 años. Esta misma publicación, Motor Clásico, que había iniciado su andadura desde 1986, ha reflejado puntualmente esta evolución, adaptándose a las modas y los gustos cambiantes en función de la llegada de nuevos aficionados. La afición ha madurado, ha crecido, y los vehículos en condiciones de circular se han multiplicado. Creemos llegada la hora de actualizar la legislación, adaptarla a unos nuevos tiempos con nuevas necesidades
En FEVA ya hace tiempo que se trabaja con ahínco en una nueva regulación, más eficiente, más económica para los aficionados, más racional. Apostamos por una matriculación histórica “rápida” en aquellos vehículos que ya cuentan con su documentación al día, porque la normativa de 1995 nunca se imaginó que sería aplicada a este colectivo de vehículos sin problemas de documentación, ni mucho menos que el futuro inmediato nos obligara a ello. Esto facilitaría también la resolución de muchos de los problemas que se están planteando con las nuevas leyes anticontaminación impulsadas desde las distintas administraciones.
Hoy, como hace 25 años, nos encontramos ante una encrucijada de la que pueden salir muchas cosas buenas. Renovar y actualizar la normativa comienza a apremiar, y así lo entienden tanto los responsables de las administraciones como la directiva de FEVA. La clave de este proceso es trasladar a estos legisladores las necesidades de la afición, y la responsabilidad de la conservación del Patrimonio de Automoción. Esto requiere, por supuesto, mucho trabajo y mucho tiempo, la elaboración de documentación técnica y legal, e innumerables reuniones con la DGT, el Ministerio de Cultura, el de Industria y otras administraciones. En cualquier caso, desde FEVA afrontamos este reto con ilusión y esperanza en lograr una mejora en la normativa en torno al vehículo de colección que permita a esta afición continuar creciendo durante otros veinticinco años.
EL REAL DECRETO 1247/95 CONFORMÓ UN MARCO LEGAL PARA LA CATALOGACIÓN DE LOS VEHÍCULOS HISTÓRICOS