PHILIPPE GUEDON
L'HOMME DE L'ESPACE
“El Avantime se caracteriza por su estilo, pero lo realmente importante para mí es su concepto y sus innovaciones”. Philippe Guédon, reconocido visionario en el sector de la automoción, ha sido el artífice de coches verdaderamente avanzados para su tiempo como un coupé triplaza (Bagheera), un todo camino ligero (Rancho), un monovolumen (Espace) y el inclasificable Avantime. “La propuesta iba dirigida a aquellos usuarios del Espace que, acostumbrados a un habitáculo amplio y a una posición de conducción elevada, buscaban pasar a un tipo de coupé distinto del modelo tradicional, de dos plazas delanteras y dos asientos traseros mínimos,” nos explica Guédon, apodado l'Homme de l'Espace por la prensa francesa. Todos los proyectos desarrollados por este ingeniero de la Ecole des Arts et Métiers de Angers, al que Jean-Luc Lagardère nombró
PDG de Matra, tienen un punto común: combinan un chasis de acero y una carrocería de material sintético. "Adoptamos este sistema desde el inicio de Matra porque se adaptaba mejor a nuestro ritmo de producción. Cuando uno fabrica vehículos poco usuales debe contener la inversión, sobre todo en estampación de elementos de la carrocería. Uno de los resultados es que podrá disponer de piezas inoxidables y ligeras”. Desde el M-530 Matra hizo grandes progresos en este área, de los que se iba a beneficiar el Avantime. "La chapa del chasis del Avantime se sumergía en zinc fundido; es el mismo tratamiento dado a las biondas de las autopistas. Esto garantiza al menos veinte años sin corrosión."
relación entre tamaño y espacio. Es como si se hubieran atrevido a fabricar un prototipo y, de hecho, casi no había diferencias con el que presentaron en 2000. Hoy lo miro y resulta simpático...”
En efecto, el Avantime debe mucho al Espace, del que toma la plataforma de acero y diversos elementos, y añade una estructura de aluminio y paneles de carrocería de fibra de vidrio. Las vías son más anchas, la suspensión más baja, los frenos más potentes y las ruedas de menor perfil y mayor sección. La planta motriz inicial, ya en el prototipo, es el V6 MDT de 3 litros y 210 CV, un motor desarrollado conjuntamente con el grupo PSA, asociado a la caja manual PK6 de seis relaciones. Más tarde vendrán un 2 litros turbo de gasolina (165 CV) y un 2.2 dCi de gasoil (150 CV), aunque ninguno de los dos haya dejado un gran recuerdo (el diésel fue bastante pésimo por su poca fiabilidad). El motor de gasolina pequeño tuvo difusión mínima, apenas un millar de unidades, del diésel se vendieron algo más de tres mil, mientras que del V6 fueron exactamente 4.354. Si bien no cabe calificarlo de "foudre de guerre", este último permite llevar con decoro los casi 1.800 kg del Avantime hasta 220 km/h, y acelerar de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos. Sigue siendo un brillante propulsor para rodar a buen ritmo por autopistas y carreteras generales con confort y seguridad, porque, dos décadas más tarde, el Avantime aún se revela perfectamente apto para un uso cotidiano. Sería una perogrullada imaginar lo contrario: cuántos vehículos con veinte o más años encima, debidamente cuidados, no desentonan hoy en la vía pública... y pasan casi inadvertidos. Con este Renault ocurre lo contrario. Cumple holgadamente su función pero -eso es inevitable- llama la atención dondequiera que vaya.
PULSANDO EL BOTÓN «GRAND AIR» BAJAN LAS VENTANILLAS Y EL TECHO SE DESLIZA