Carrocería
Como en todos los coches con carrocería de material compuesto, el óxido no resulta visible hasta que ya se trata de un problema grave. Si afecta a la estructura que está bajo la carrocería, puede ser imposible de ver hasta que no provoque deformaciones o grietas en los paneles de la carrocería. En una inspección normal, lo único que se puede hacer es buscar indicios de que el agua se ha filtrado por debajo de la carrocería u otros, como la moqueta húmeda o el suelo deformado.
Si los faros escamoteables no se mueven de forma perfectamente sincrónica, y uno acaba el recorrido un par de segundos antes que el otro, no hay que preocuparse. Ahora bien, si la diferencia es mayor o se nota que el ruido es distinto en cada uno de ellos, seguramente habrá que reemplazar uno de los motores.
La lista de opciones era particularmente amplia y, además de las normales como aire acondicionado, tapicería de cuero y aparato de radio, había otras muchas como ajuste longitudinal del volante, volante de teca o un dispensador de pañuelos. Conviene cerciorarse de lo que tenía el coche al salir de fábrica. Muchos aficionados americanos, un poco tiquismiquis, tienen la compulsión de buscar combinaciones raras de año de producción, motor y colores exterior e interior. Eso ha dado lugar a muchos coches reconstruidos con esas combinaciones, así que lo mejor es huir de los que son más caros por supuestamente raros. Igualmente, hay piezas exteriores -como las llantas- que si son originales cuestan diez veces más que una réplica estéticamente igual y funcionalmente puede que mejor.