ADAPTAR EL IBIZA 1.5 GLX A UN USO CONCRETO
Desde hace un año y 20.000 Km, tengo un Ibiza 1.5 GLX que conduzco muy deportivamente, y aunque me gusta su estabilidad, estoy harto de su frenada poco resistente, de su escaso nervio… y de no utilizar una 5ª que es inútil en las carreteras que transito (Galicia, Asturias y Santander), pues ni en 4ª llego nunca a 6.000 rpm. Por eso, como ya ha vencido la garantía y no me importa la velocidad máxima, ni hacer lo que sea con los frenos, ni “meter mano” al motor, ¿puede detallarme cómo adaptarlo a mis necesidades concretas? Muchas gracias.
Dadas sus pretensiones y circunstancias (conducción muy deportiva en carreteras tortuosas), voy a proponerle una receta que no requiere gastar demasiado ni hurgar su estupendo motor: ponga líquido y pastillas de frenos de alta calidad (las Necto 425 son ideales) y sustituya su grupo (19/71) por el del Ibiza 1.2 (17/73). Con eso, los frenos le resultarán suficientes, y en cuanto a prestaciones, voy a razonarle lo que puede esperar.
Teniendo en cuenta la decepcionante aerodinámica del Ibiza, cuyo pésimo Cx (0,426) origina un factor de resistencia (SCx) de 0,789, y observando el cuadro adjunto que muestra las velocidades en cada relación del cambio con uno y otro grupo a cinco regímenes muy referenciales (1.000 rpm, par máximo, potencia máxima, zona roja oficial y límite que no conviene superar), hay previsiones evidentes.
La primera es que pese al drástico acortamiento de desarrollos (nada menos que 13%), la velocidad máxima real seguirá estando entre 165 y 170 Km/h, pues el límite no lo impone la potencia disponible en ese momento, sino ser “un muro”. Pero no la alcanzará en 4ª (que aún llegará a 160 Km/h), sino en una 5ª que ya servirá para algo más que permitir una conducción económica y desahogada en autopista, y que seguirá sin permitir castigar la mecánica, pues es imposible que llaneando en condiciones normales llegue siquiera al régimen de potencia máxima (176 Km/h) antes de “no poder más”. Tampoco en las aceleraciones se producirán milagros. En los 400 metros salida parada, porque como se cubren en 1ª y 2ª, con ambos grupos hay empuje suficiente para que la adherencia motriz sea determinante. Y en el kilómetro incluso podría perder algo si –como sospecho– con el grupo corto se agotase la 3ª y fuese preciso cambiar a 4ª. De todos modos, las variaciones serían imperceptibles.
Sin embargo, para lo que a usted realmente le interesa, el escalonamiento debido al grupo corto augura expectativas mucho más halagüeñas. En nuestras habituales mediciones de recuperación (400 y 1.000 m en 4ª y 5ª desde 40 y 50 Km/h, respectivamente) no es optimista prever rebajas entre 2 y 3 segundos, y en relaciones más cortas, como en el ejercicio que llamamos “adelantamiento lento” (pasar de 20 a 70 Km/h en 2ª), que es especialmente útil en esas carreteras, la mejora debería rondar 0,5”, que en la práctica es muy apreciable.
Por último, en cuanto a consumos, me atrevo a aventurar que las variaciones serán pequeñas, y generalmente se deberán más que a la modificación, a la manera de conducir que le provocará el “nuevo” carácter de su Ibiza
Como verá, el cambio de grupo, amén de barato, fácil e idóneo para su caso concreto, resulta interesante incluso para uso bastante “general”. Eso sí, debo advertirle de que sobre todo cuando llueva, la ganancia de “nervio” podrá ocasionarle reacciones de la dirección y pérdidas de motricidad, así que téngalo en cuenta, no sea que luego se arrepienta.