Motor Clásico

YANKEE Z 500 Una historia americana

- MANUEL GARRIGA/PHILIP TOOTH (TEXTO). PHILIP TOOTH/ARCHIVO M.G. (FOTOS)

Un día de 1966 la redacción de la revista Cycle World recibe una extraña llamada telefónica. Un tal Frank Conners quiere comprar los derechos de reproducci­ón de una ilustració­n de la bandera norteameri­cana, con el fin de usarla como emblema de la empresa que ha fundado junto con John Taylor. El nombre es elocuente: Yankee Motor Company.

Conners y Taylor saben que las ventas de motos de carretera están en declive. Responsabl­es hasta hace poco de Cemoto East, distribuid­or de Bultaco en la Costa Este, acaban de dejar a la marca española un ingente stock acumulado de Metralla Mk2. Quieren apostar por un nuevo modelo para off road con un motor muy potente -piensan en un bicilíndri­co 2T de medio litro de cubicaje-, capaz de rodar sin problemas por el desierto de California y que también sirva para correr una prueba de motocross en Nueva Inglaterra o de todo terreno en el Medio Oeste.

Saben que en su país hay componente­s de calidad para la parte ciclo, pero nadie que fabrique un motor semejante. De hecho, tres años antes le habían pedido a Bultó una Matador de 350 cc, a la que debía seguir cuanto antes una 500 cc, pero éste les había ido dando largas. La respuesta de Manuel Giró, a quien Taylor conoce en la Daytona 200 de 1966, es bastante más entusiasta. Si acepta distribuir las Ossa en EEUU, Giró se compromete a pedir a su hijo Eduardo, el joven director técnico de la firma del trébol, que cree el motor soñado por Taylor.

El “Tècnic” inicia el desarrollo de la nueva planta motriz en 1967, tratando de casar dos cilindros de 230 cc de Ossa Pioneer en un cárter común. En enero de 1968, después del traslado de la factoría Ossa a Hospitalet de Llobregat, la puesta a punto de los dos primeros prototipos del motor llega a su fin. El director de la fábrica Yankee de Schenectad­y, Don Butler, y Dick Mann, campeón

EL ÚNICO PUNTO EN COMÚN ENTRE ESTA MOTO Y LA YANKEE ESPAÑOLA ES SU BICILÍNDRI­CO DE 500 CC

AMA de 1963 y piloto de pruebas, vuelan a España para llevar a cabo los ensayos preliminar­es, llevando consigo el chasis, un robusto doble cuna de grueso tubo de cromo-molibdeno 4130 con una horquilla delantera de 42 mm y unos amortiguad­ores traseros regulables. Los que lleva son provisiona­les, Telesco está estudiando las suspension­es que equipará el modelo de serie. Una semana más tarde se les unen John Taylor, Jim Corpe y un periodista de la revista americana “Cycle World”.

Por entonces se anuncia una potencia de 40 CV a 6.500 rpm, debido -se dice- al 33 % más de área del pistón de la bicilíndri­ca respecto a la monocilínd­rica, al 10 % extra de superficie de refrigerac­ión y al notable aumento de caudal. En contrapart­ida, la superficie de rozamiento de los cojinetes es algo mayor. Se argumenta que el generoso espacio entre los cilindros permite paliar el sobrecalen­tamiento caracterís­tico de las 2T de gran cilindrada, mientras que los robustos anclajes del motor contribuye­n a una mayor rigidez del conjunto.

Aquel verano Ossa alinea uno de los dos prototipos en las 24 Horas de Montjuïc. Pilotada por Carlos Giró y Luis Iglesias, la moto no termina la carrera a causa de una caída. En 1969, al otro lado del Atlántico, Taylor y Conners han empezado a mostrar a la prensa una máquina amarilla a la que llaman Yankee 460 MX. Poco antes habían vendido su empresa al grupo Bangor-Punta, dueño del fabricante de armas Smith & Wesson, de la aeronáutic­a Piper y de los astilleros Ranger. Aunque permanece como presidente de Yankee Motor Co., los problemas financiero­s de Taylor han terminado, pero todavía tendrá que esperar a septiembre de 1971 para recibir los primeros motores enviados desde Barcelona.

Taylor había puesto todo el empeño en llevar su moto al mercado. Mientras, Ossa había estado más pendiente de sus planes deportivos en el Mundial de Velocidad, abr upta mente f r ust rados por la t rág ica muerte de Santi Herrero en el TT de Man de 1970. Cuando la Z llega al mercado, el panorama era desalentad­or. En algunos estados han empezado a promulgars­e normas anticontam­inación muy estrictas. La administra­ción Nixon ha abandonado el patrón oro y la devaluació­n del dólar dobla el precio de importació­n del motor Ossa. La feroz competenci­a de los modelos japoneses devora la clientela. Malos tiempos para una moto como aquella.

En su primera versión de producción, el bicilíndri­co de 488 cc (72 x 60 mm) lleva camisas de acero desmontabl­es, dos carburador­es IRZ de 36 mm y doble encendido. Cuenta con una caja de seis marchas de relación abierta, que puede montar el selector a derecha o izquierda. Con el cigüeñal calado a 360º de modo que dé un impulso cada medio giro, desarrolla su fuerza de forma más parecida a la de un mono que la que hubiera dado un twin a 180º. La Yankee Z cuesta 1.595 dólares, y por esta cantidad el comprador recibe la enduro potencialm­ente más rápida (en línea recta) del mercado. Aunque ofrece una aceleració­n controlabl­e, no parece muy práctica para lo que busca el endurista americano medio. La t ra nsmisión de potencia a la r ueda t rasera resu lta excesivame­nte brusca y llega a originar pérdidas de adherencia sobre el suelo arenoso.

“Si estás acostumbra­do a los ‘t wins’ británicos de carrera larga, la puesta en marcha de la Yankee no te va a sorprender, sobre todo si usas el descompres­or dispuesto bajo el puño izquierdo”, nos ex plica Joel Samick, propietari­o de esta Z de 1973 exquisitam­ente restaurada. “Estíralo hasta la mitad de su recorrido y notarás como uno de los cilindros pierde compresión. Estíralo del todo y verás que ambos la pierden”.

Tras excitar uno de los dos carburador­es, giramos la llave de contacto y tanteamos con el pedal de arranque hasta poner el motor en compresión. Soltamos el descompres­or y le damos una buena patada. El negro motor Z despierta al instante, soltando un sonoro rugido y unas volutas de humo blanco por el escape Hooker, que por cierto es feo de narices. “Si no agarras demasiado fuerte el manillar, la moto gira sin esfuerzo”, nos grita su dueño mientras engranamos segunda (la primera relación es ultracorta, solo resulta útil en caso de tener que andar por una trialera). “Deja que la rueda delantera encuentre su propio camino y seguro que irás recto…”

Con tanto par y esta entrega de potencia pronto estamos casi volando sin apenas esfuerzo a través del terreno embarrado. Rodando tranquilam­ente en tercera damos un golpe de gas y la rueda delantera se levanta hacia el cielo. El esca lona miento de las relaciones 2ª, 3ª, 4ª y 5ª parece pensado para poder disponer de la marcha idónea para cada curva. La 6ª es tan larga

CUANDO LA Z LLEGÓ AL MERCADO EL PANORAMA ERA OTRO. MALOS TIEMPOS PARA UNA MOTO ASÍ…

LA CONFIGURAC­IÓN DEL CHASIS CREADO POR DICK MANN HACE DE LA YANKEE UNA MOTO MUY ESTABLE

que sirve para llanear a bajo régimen hasta 145 km/h. ¿Vamos demasiado rápido? Para contar con una sola zapata el tambor delantero es sor prendentem­ente potente, mientras que el disco trasero se muestra más suave. La configurac­ión del chasis y las suspension­es que estableció Dick Mann, junto con un cent ro de gravedad bajo, hacen de la Z una moto estable que inspira confianza a su piloto.

Pero hay que rendirse a la evidencia: la Yankee Z es también muy pesada y excesivame­nte ruidosa, casi como una Phantom de cross. Si nos cruzamos con alguien que vaya de excursión por el mismo sendero nos lanzará una mirada que solo puede significar “Te voy a clavar una rama en tu neumático delantero, a ver si te la pegas”. Y el sistema eléctrico de 6v implica que el faro delantero sirve básicament­e para que otros vehículos puedan verte de noche. “Una vez hice un recorrido bastante largo con la Yankee por caminos y carreteras”, cuenta Joel. “Fue suficiente. Cuando el dolor disminuyó, quité los neumáticos de tacos y le monté unos de tipo mixto. Ahora es mucho más divertido rodar con ella por carreteras secundaria­s”. mc

Agradecimi­entos a Joel Samick y Jordi Almuni.

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 ??  ?? Caballo grande. Aunque el bicilíndri­co no es pequeño el chasis de la Z está algo sobredimen­sionado; en la viga superior del cuadro el tubo es de 2,5” de diámetro, y en la cuna bajo el motor, de 1,5”. También el basculante posterior -con rodamiento­s de agujas- emplea cromomolib­deno 4130 de sección cuadrada. Depósito, tapas laterales y base de asiento son de una fibra de vidrio. El disco de freno posterior (KelseyHaye­s) supone una novedad.
Caballo grande. Aunque el bicilíndri­co no es pequeño el chasis de la Z está algo sobredimen­sionado; en la viga superior del cuadro el tubo es de 2,5” de diámetro, y en la cuna bajo el motor, de 1,5”. También el basculante posterior -con rodamiento­s de agujas- emplea cromomolib­deno 4130 de sección cuadrada. Depósito, tapas laterales y base de asiento son de una fibra de vidrio. El disco de freno posterior (KelseyHaye­s) supone una novedad.
 ??  ?? El equipo oficial presentado por la marca en los 2 Días de Trial de Dalton de 1972 (una prueba AMA-FIM de todo terreno), estaba formado por Barry Higgins, Charlie Vincent y Dave Eames, y se saldó con la victoria absoluta de este último.
El equipo oficial presentado por la marca en los 2 Días de Trial de Dalton de 1972 (una prueba AMA-FIM de todo terreno), estaba formado por Barry Higgins, Charlie Vincent y Dave Eames, y se saldó con la victoria absoluta de este último.
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 ??  ?? 1972. Aparece la Yankee Z, enfocada al enduro y comerciali­zada en EEUU durante dos años. Problemas de calidad y la competenci­a oriental acabarán con ella.
1972. Aparece la Yankee Z, enfocada al enduro y comerciali­zada en EEUU durante dos años. Problemas de calidad y la competenci­a oriental acabarán con ella.
 ??  ?? 1974. En el Salón de Barcelona se exhibe la Ossa 500 SS, una Z disfrazada de turismo con disco delantero Suzuki, ópticas Lucas y el nombre de Ossa en sus cárteres. No entrará en producción.
1974. En el Salón de Barcelona se exhibe la Ossa 500 SS, una Z disfrazada de turismo con disco delantero Suzuki, ópticas Lucas y el nombre de Ossa en sus cárteres. No entrará en producción.
 ??  ?? 1980. Con la marca ya convertida en la cooperativ­a Ossamoto surge el kit Ossa Yankee Star, preparado por el taller Moto Yankee Star barcelonés, en colaboraci­ón con los técnicos de la fábrica. Se montará en unas 30 unidades hasta 1983.
1980. Con la marca ya convertida en la cooperativ­a Ossamoto surge el kit Ossa Yankee Star, preparado por el taller Moto Yankee Star barcelonés, en colaboraci­ón con los técnicos de la fábrica. Se montará en unas 30 unidades hasta 1983.
 ??  ?? 1968. El prototipo Yankee MX 460 se muestra a la prensa americana. Es una moto de cross con motor de 461,82 cc, 36 CV, carburador
IRZ y caja de 5 marchas.
1968. El prototipo Yankee MX 460 se muestra a la prensa americana. Es una moto de cross con motor de 461,82 cc, 36 CV, carburador IRZ y caja de 5 marchas.
 ??  ?? 1976. A finales de año ve la luz en España, la Ossa 500 Yankee, una deportiva que tampoco tendrá éxito comercial. Unos 700 ejemplares construido­s hasta 1977.
1976. A finales de año ve la luz en España, la Ossa 500 Yankee, una deportiva que tampoco tendrá éxito comercial. Unos 700 ejemplares construido­s hasta 1977.
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