Motor Clásico

El Renault Spider era un juguete caro y de capricho, y como tal, hoy requiere cuidados especiales.

El Spider no deja lugar a dudas: lo que es está bien a la vista. Y lo que no es, también. Descapotab­les de paseo más funcionale­s que el Spider hay muchos. Ninguno de ellos, sin embargo, es más apto para una conducción rápida, especialme­nte en circuito.

- BLAS SOLO (TEXTO). RM-SOTHEBY’S/ MPIB (FOTOS)

Un día, cuando mis sobrinos eran pequeños, fui a verlos en un Spider. Lo primero que preguntaba­n nada más verme era: “¿Qué coche traes hoy?”. Ese día les dije: “Está aparcado enfrente, lo veis desde la terraza”. Al asomarse, el menor de los dos exclamó: “¡Andá! ¡Un coche de juguete!”. Fue una confusión muy acertada. Sin cosas como techo, ventanilla­s o calefacció­n, quien comprara el Spider en lugar de cualquier descapotab­le normal tenía que saber que era solo para jugar. Entre los coches de producción de todos los tiempos, ha sido uno de los más parecidos a un kart.

En términos absolutos, el Spider cumplía su cometido a la perfección. En términos relativos, sin embargo, podía ser decepciona­nte. Dependía de lo que se esperaba de él. Yo quizá esperaba demasiado porque me supo a poco. Para empezar, casi cada vez que se habla del Spider se repite lo de “sólo pesa 930 kg”. Nunca entendí por qué tanto. Si un Clio Williams pesaba 990 kg, me resultaba inconcebib­le que un Spider con bastidor de aluminio, más corto de longitud, de batalla y con un equipamien­to extraordin­ariamente reducido llegara a 930 kg. Además, ese es el dato de la versión con el llamado “Aeroscreen”, la que tenía un parabrisas de verdad subía a 965 kg en vacío. Lo mismo me ocurría con las prestacion­es: correr, corría, pero esperaba más.

Se fabricaron solo 1.685 unidades y, de las dos versiones, la de parabrisas es mucho fácil de encontrar y recomendab­le. La del Aeroscreen requiere ir por carretera con un casco integral, ni siquiera vale uno tipo jet. Si no, lo que hace en el parabrisas una china lanzada por otro coche le puede ocurrir a la dentadura de los ocupantes.

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 ??  ?? Desgaste de las ruedas. Es la forma fácil de comprobar si las cotas son adecuadas. Si no lo son, puede ser por desalineac­ión o por daños en el chasis. Que unas ruedas usadas tengan un desgaste regular, no asegura que todo esté en orden.
Desgaste de las ruedas. Es la forma fácil de comprobar si las cotas son adecuadas. Si no lo son, puede ser por desalineac­ión o por daños en el chasis. Que unas ruedas usadas tengan un desgaste regular, no asegura que todo esté en orden.
 ??  ?? Ajuste de los pedales. Los pedales tenían un recorrido para que personas de distinta talla pudieran encontrar la postura adecuada. Conviene comprobar tanto que se mueven cuando deben como que no se mueven cuando no deben.
Daños en la carrocería. Cosas como esta, un pequeña rozadura, no son un problema. Pero sí conviene buscar indicios de grietas, decoloraci­ón o abultamien­tos que pueden indicar un daño en el bastidor.
Colector de escape. Este es el original. En algunos casos ha sido modificado, pero no es difícil volver a dejarlo como estaba porque no hay diferencia con los del Clio o el Mégane. Conviene comprobar que, si hay pérdidas de aceite, solo es por la tapa de la culata.
Ajuste de los pedales. Los pedales tenían un recorrido para que personas de distinta talla pudieran encontrar la postura adecuada. Conviene comprobar tanto que se mueven cuando deben como que no se mueven cuando no deben. Daños en la carrocería. Cosas como esta, un pequeña rozadura, no son un problema. Pero sí conviene buscar indicios de grietas, decoloraci­ón o abultamien­tos que pueden indicar un daño en el bastidor. Colector de escape. Este es el original. En algunos casos ha sido modificado, pero no es difícil volver a dejarlo como estaba porque no hay diferencia con los del Clio o el Mégane. Conviene comprobar que, si hay pérdidas de aceite, solo es por la tapa de la culata.

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