La televisión británica inmortalizó al Volvo 1800 en la serie "El Santo". Pero detrás de esa fama hay un cupé con la mejor virtud de los coches suecos: fiabilidad.
No tan abundante como un MGB GT ni con la elegancia clásica de un Lancia Fulvia, el Volvo 1800 sí destaca por solidez, atractivo, originalidad y un precio razonable. Por todo ello, resulta adecuado para entrar en el mundo de los deportivos sesenteros.
Assar Gabrielsson, cofundador de Volvo, vio en California que los deportivos europeos tenía g ran aceptación. Con unos bocetos propios, encargó un prototipo a una empresa de allí, Glasspar, que hacía carrocerías en fibra de vidrio. Aquel coche se llegó a fabricar con el nombre P1900. Solo se hicieron 70 porque era como esa película: de mecánica bueno, feo y malo de carrocería.
El ingeniero Helmer Petterson retomó la idea y, en 1957, contactó con el carrocero italiano Frua (más adelante contamos la historia del diseño). Volvo no se podía hacer cargo inicialmente de la producción y se dirigió a empresas alemanas (Karmann y NSU entre ellas), pero finalmente recurrió a las británicas Pressed Steel Fisher para la estampación y Jensen para el montaje. Aunque el coche en su forma definitiva se presentó en 1959, la producción no pudo comenzar hasta mayo de 1961. El trabajo de los británicos no satisfacía a Volvo, que en 1962 rompió la relación con Jensen para hacer el montaje en Suecia y, en 1969, con Pressed Steel Fisher. Desde ese momento, el Volvo 1800 fue completamente sueco.
En un periodo de producción relativamente largo, el Volvo 1800 (solo P1800 los dos primeros años) tuvo un motor de 1,8 l primero y 2,0 después. La caja de cambios podía ser manual de cuatro velocidades, la misma con una sobremarcha o automática de tres. Hubo dos carrocerías, el cupé original y el dos volúmenes ES. Se produjeron un total de 39.414 unidades. Cobró cierta notoriedad por ser el coche que conducía Simon Templar, interpretado por Roger Moore, en la serie de televisión británica “El Santo”.
Hoy me parece una compra recomendable porque es duro, tiene un precio interesante y hay repuestos (comparte algunos elementos con el Amazon), aunque dejarlo exactamente como salió de fábrica puede ser difícil por las muchas variaciones de carrocería que hubo.