Auto-reflexiones
Caracterizada por una vida breve (19451950) y llena de obstáculos desde el primer día, Eucort es una de las marcas españolas menos conocidas. No fue el típico constructor de microcoches; de su fábrica de Barcelona, que dio empleo a más de 900 personas, salieron cerca de un millar de pequeños utilitarios con motor bicilíndrico y tricilíndrico 2 tiempos de neta inspiración DKW, de los que sobrevive apenas un puñado. Sin embargo, el Eucort tenía unos acabados bastante pobres y sufría problemas de fiabilidad. Su producción no dejaba de ser artesanal, con medios muy justos y materias primas de escasa calidad, como era habitual entonces en España.
El fundador de la compañía fue Eusebio Cortés Chertó, nacido en 1912 en Bot (Tarragona). Sus proyectos empresariales empezaron con un negocio familiar junto a su hermano Jesús, y continuaron en el sector textil y el de los transportes. Terminada la g uerra civil, estableció en Barcelona las firmas alimentarias Nutrona e Industrias Azumiel. Más tarde fabricó las motos Ardilla, y hasta llegó a poner en marcha una productora cinematográfica, Amílcar. Pero su culmen fue Automóviles Eucort, la marca con la que pretendía motorizar a España, para lo cual hubo de luchar sin tregua sorteando las rígidas directrices de la administración franquista.
El libro “Eucort, los sueños de un precusor en la Cataluña de postguerra”, (Letras de Autor, 24 x 17 cm, fotos b/n, 535 pags, 28-35 €, versiones en catalán y castellano), escrito por Jesús Cortès Cots, sobrino nieto del empresario, reivindica las audaces iniciativas de Eusebio Cortés, el contexto en que se desarrollaron y su inf luencia en la historia industrial del siglo XX. El autor maneja fuentes de primera mano, tanto del entorno familiar como de los numerosos archivos que consultó y una vasta bibliografía. Ello permite sacar a la luz episodios inéditos, como el regalo de un Eucort a Franco (que muy posiblemente vendió a los pocos días, tal como haría después con el Biscuter), o poco trillados, como el asalto a la fábrica Eucort por parte de un grupo de guerrilleros del maquis.
La obra confirma de manera sólidamente documentada la tesis del fallecido profesor Nadal: el INI fue un freno colosal para cualquier iniciativa industrial que no procediera de su impulso. La intransigencia del almirante Suances, presidente del organismo, era legendaria. Ni siquiera la intervención de Ramon Serrano Suñer -el cuñadísimo-, logró arreglar las cosas (al contrario, su enemistad con Suances, las empeoró aún más). Ya había pasado en otros casos e iba a seguir pasando (Barreiros, Mymsa, etc), con el añadido de ser una iniciativa surgida en una parte del país tenida por “desafecta”, pese a que los catalanes que dieron apoyo al bando sublevado no fueron pocos precisamente.
Hay unas cuantas cosas que lastran la lectura de este libro. A nivel formal -como suele pasar con las autoediciones- se echa mucho en falta la corrección orto tipográfica (hiere a la vista esa extraña manía de entrecomillar cualquier marca, modelo, nombre, etc), la revisión del texto, la ordenación de contenidos, y la inclusión de unos dibujos del propio autor llega a causar cierto sonrojo. Por otro lado, pesa la innecesaria prolijidad de detalles sobre asuntos secundarios que no aportan ningún interés, salvo para los allegados, o los excursos por temas como los carros de combate, las peripecias familiares de la dinastía Cortès, los vericuetos ideológicos del franquismo o una infinidad de cuestiones localistas sobre la Terra Alta.
El autor patina un poco cuando hace referencia a asuntos relativos a la industria del motor y a la tecnología en general, como una larguísima descripción del ciclo 2 tiempos (que el autor más bien parece estar explicándose a sí mismo), las biografías del Ford T, del V W, de Ferdinand Porsche… A pesar de sobrarle quizá la mitad de páginas, y perderse en vericuetos narrativos que no aportan gran cosa a la idea central, la obra sigue siendo el mejor trabajo publicado hasta hoy sobre la marca. Su lectura merece la pena. El capítulo final de conclusiones brinda una explicación precisa, realista y veraz de los motivos que explican el fracaso de Eucort. mc
«Eusebio Cortés quiso motorizar España con Eucort, pero también topó con la Administración»