Bastidor y transmisión
La caja de cambios del Esprit (en las tres primeras series) es la de un Citroën SM. Las reparaciones son más costosas de lo común y los recambios, más difíciles de encontrar. Los dos problemas más frecuentes de esta caja en el Esprit son una pérdida de aceite en la parte posterior, que no es grave si se repara a tiempo y el coche no circula con poco lubricante en el cambio; y el otro es un sincronizador de la segunda débil, que si ya en caliente rasca, habrá que cambiarlo. En el Turbo puede haber un desgaste en los piñones que requiere una reparación muy costosa. Un inconveniente molesto pero sencillo de reparar es que el conducto de líquido hidráulico para el embrague se hincha con el calor (especial
LAS UNIDADES DE LA PRIMERA SERIE ESTÁN MUY APRECIADAS, PERO SON MÁS DELICADAS Y VULNERABLES AL ÓXIDO
mente en el Turbo) y el embrague no se separa. A estas alturas no quedan muchos Esprit con el tubo original (de color rojo).
Lo primero que hay que mirar de la suspensión es si hay óxido en elementos como brazos o muelles. En ese caso, lo peor que puede pasar es que se deba sustituir una pieza. En cambio, si el óxido está en los apoyos de los muelles, puede ser es un problema grave. En este coche se llega con relativa facilidad al punto en que ya no se puede reparar y requiere un bastidor nuevo. Los hay, y además mejores que los originales por su tratamiento anticorrosión, pero a un coste que hace la operación inviable para quien lo considere una inversión.
La dirección, aunque sin asistencia, no debe estar dura. Si lo está, seguramente se deba a que la junta que une la columna de dirección con la cremallera está agarrotada. Los rodamientos traseros (del Austin Maxi) eran una fuente de problemas pero en las unidades actuales ya deben estar reemplazados.