Motor Clásico

Más allá de haber sido "coche Bond", el Lotus Esprit conserva un encanto que se opone a su delicado mantenimie­nto.

- BLAS SOLO (TEXTO). MPIB (FOTOS)

Con una producción anual de unos pocos centenares, el Esprit no pasaría de ser una anécdota en la historia de la marca si no fuera porque Lotus lo fabricó durante 28 años. La producción final no llegó a once mil unidades, pero muchas de ellas se conservan y puede que merezca la pena tratar de encontrar una.

La primera vez que vi un Lotus Esprit al natural fue de muy joven, en la tienda de un compravent­a. “¿Con cuál te quedas?”, dijo muy amable el vendedor, consciente de que yo no tenía pinta de poder comprar ningún coche y menos los Ferrari y Porsche que había por allí. “Con éste”, dije señalando al Esprit. Yo entonces no sabía lo que era el diseño de “papel doblado” de los setenta, pero me gustaba más que los sinuosos italianos y alemanes (sí, ya entonces era raro). “¿Sabes por qué es difícil vender este coche? Porque en algún momento tienes que hacer esto”, dijo levantando el capó y dejando el motor al descubiert­o. Ciertament­e, como los hermanos Quiñones de “La venganza de Don Mendo”, cuatro cilindros son pocos. Lo malo de los Lotus de entonces es que, por un precio semejante, había alternativ­as más poderosas. Pero su mejor baza no era lo que podía hacer en recta, sino en curva y, además, eran coches ligeros que le sacaban partido a la relativame­nte escasa potencia.

Como compra tiene dos inconvenie­ntes: hay muy pocas unidades, especialme­nte con volante a la derecha, y su precio es relativame­nte alto. Como Lotus es una marca muy apreciada, mientras el mercado en general se mantenga, puede ser una inversión razonable. Para eso hace falta que no haya problemas irresolubl­es, como cierto nivel de óxido en el bastidor, o muy costosos, como los de la caja de cambios. De recambio no está la cosa muy mal, sobre todo por lo que le gustaba a Chapman ir cogiendo piezas de otros coches para reducir costes. Además de la caja de cambios de un Citroën SM, los tiradores de las puertas eran de un Morris Marina (hasta que los reemplazar­on por lo de un Rover 200) y pilotos de la segunda serie, de un Rover SD1, entre otros ejemplos.

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 ??  ?? Dirección dura. Aunque sin servo, la dirección es ligera, como correspond­e a un coche con estos neumáticos y motor central trasero. Suponiendo que esté bien de presiones, la dureza puede ser una junta agarrotada.
Dirección dura. Aunque sin servo, la dirección es ligera, como correspond­e a un coche con estos neumáticos y motor central trasero. Suponiendo que esté bien de presiones, la dureza puede ser una junta agarrotada.
 ??  ?? Funcionami­ento de los faros. Tiene que subir y bajar sincrónica­mente y con todo el recorrido. De lo contrario, la reparación puede ser costosa tanto por las piezas como por la mano de obra.
Funcionami­ento de los faros. Tiene que subir y bajar sincrónica­mente y con todo el recorrido. De lo contrario, la reparación puede ser costosa tanto por las piezas como por la mano de obra.
 ??  ?? Pérdidas de gasolina. En los propios carburador­es o en los conductos de gasolina que llegan puede haber pequeñas fugas. No sería demasiado preocupant­e si no estuvieras sobre el distribuid­or y cerca del alternador.
Pérdidas de gasolina. En los propios carburador­es o en los conductos de gasolina que llegan puede haber pequeñas fugas. No sería demasiado preocupant­e si no estuvieras sobre el distribuid­or y cerca del alternador.
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 ??  ?? Aceite en la tapa de culata. Es normal que pierda aceite por la tapa de la culata. No es grave, pero puede tener el inconvenie­nte de llenar de aceite el hueco de alguna bujía. En las últimas unidades de la serie se solucionó con una tapa distinta (plana por arriba).
Aceite en la tapa de culata. Es normal que pierda aceite por la tapa de la culata. No es grave, pero puede tener el inconvenie­nte de llenar de aceite el hueco de alguna bujía. En las últimas unidades de la serie se solucionó con una tapa distinta (plana por arriba).

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