EL GP DE MÓNACO ES LA COMUNIÓN DEFINITIVA DE LO DEPORTIVO Y LO CHIC
se verificó por el público asistente: más de 40.000 personas este año, porque el espectáculo es inigualable.
Ser espectador en Mónaco es no tener descanso porque no hay tiempos muertos, a lo largo de los tres días se suceden coches en pista ya sean entrenos, clasificaciones o carreras. También hay desfiles, tres diferentes este año, uno para celebrar el setenta aniversario de Porsche, otro llamado «F1 Heritage» con monoplazas de Lotus, McLaren y Williams pilotados por John Watson, Emmanuele Pirro, Mark Blundell, Mika Hakkinen, Thierry Boutsen, Riccardo Patrese etc, y un desfile de motos con la presencia de Raymond Roche y Wayne Gardner en conmemoración del único GP Motociclista jamás celebrado en el principado, el de 1948, considerado GP de Francia.
Como suele ser habitual, en algún momento del largo fin de semana llegaba la lluvia y añadía más emoción y riesgo todavía. Esta vez fue el domingo por la tarde en la antepenúltima carrera, la de los coches Sport (10 vueltas o 30 minutos), que tuvieron que lidiar con el chaparrón y mucha agua en pista. Las dos últimas carreras, el Grupo F (F1 1973-1976) y el Grupo G (F1 1977-1980) se corrieron respectivamente con piso mojado y húmedo y fueron las más delicadas por tratarse de las categorías más modernas y, por lo tanto, las más rápidas, cuyas carreras eran también las más largas y se disputaban a 18 vueltas o 45 minutos máximo de duración.
Habrá que esperar dos años para volver a ver este circo automovilístico en el Principado, y es más que probable que hasta entonces el circuito urbano por antonomasia no vuelva a tener tanto público. mc