AL VOLANTE DEL IBIZA 1.5 GLX
Fiat formaba ya parte del pasado cuando vio la luz el Ibiza en 1984. Fue el primer modelo de la «nueva» Seat. El 127 se encontraba ya desfasado y el futuro de la marca española necesitaba urgentemente un utilitario polivalente. Sobre la plataforma de los Ritmo/Ronda, el Centro de Técnico de Martorell se ocupó del diseño de un dos volúmenes de mayores dimensiones y amplitud interior que los Renault 5, Fiat Uno y Opel Corsa coetáneos. A cambio, los superaba en la báscula. Sus 890 kg (925 kg el 5 puertas) marcaban un máximo en la categoría. Como contrapunto, el motor System Porsche rinde unos voluntariosos en su versión 1,5 l. Pero el hecho de ir instalado por delante del eje delantero hace pesada la dirección, además de estar muy desmultiplicada, y que sea claramente subvirador en curvas. El éxito del Ibiza fue inmediato y aceleró el acuerdo con Volkswagen, un auténtico espaldarazo para la viabilidad de Seat. El coche reunía entonces lo que el mercado pedía: una berlina media familiar, moderna, económica, fiable y versátil. Esta es una de las primeras unidades salidas de la cadena de montaje. Seat Coche Histórico lo ha afinado y lo usa frecuentemente en pruebas de regularidad. Con unos amortiguadores ligeramente más firme, el Ibiza gana ahora en agilidad en zona de curvas, sin merma del confort interior. Y aunque no es un coche de carreras, resulta fácil conducirlo alegre, con una tercera y cuarta muy elásticas para sacar el máximo partido al motor y una quinta de desahogo para aquilatar el consumo.