VW Escarabajo 1303 Karmann
Si hay un coche cuyo atractivo para el público excede en mucho a su calidad como producto, es el Escarabajo. Por la razón que sea, gusta mucho y, especialmente en esta versión descapotable, ese encanto se nota inmediatamente por cómo lo miran.
Un cabrio imperecedero
Confieso que no comprendo el fenómeno del Escarabajo. Que se vendiera en una Alemania en reconstrucción durante los años 50, vale. Que se fabricara en 20 países y cinco continentes, que las ventas en Estados Unidos llegaran a 5 millones o que la producción en Europa durase hasta 1981 (en Portugal, hasta 1978 en Alemania), sencillamente me cuesta comprenderlo. Las explicaciones normales no me convencen. Sí, la mecánica es dura y fiable; también lo era la de los otros Volkswagen y fueron un fracaso. Sí, se ve ahora como uno de los iconos de la cultura pop; pero no hubo 5 millones de hippies que se compraron un Escarabajo en Estados Unidos. Sí, era barato en algunos mercados; no más que otros modelos que lo superaban técnica y funcionalmente.
Pero aquí está y, sobre todo con esta carrocería descapotable, hoy sigue siendo atractivo para muchas personas (algo que sí me parece perfectamente comprensible), principalmente con dos perfiles: por lado están los aficionados a los clásicos, que saben lo que se van a encontrar y quizá quieran la unidad más antigua posible en estado original. Por otro, un conductor normal al que le guste esta carrocería. A ese posible comprador le recomiendo conducirlo antes para qué tenga una idea de cuáles son sus prestaciones, cómo es su estabilidad y su forma de conducirlo. Lo ideal para esa persona es un coche lo más moderno posible y, si piensa usarlo con cierta frecuencia, no despreciar unidades que espantarían a los defensores de la originalidad. Aunque las más antiguas no los llevaran, elementos como la instalación eléctrica de 12 V, los frenos de disco o la dirección de cremallera favorecen disfrutar del coche, que es de lo que se trata.