El Mundo Primera Edición - Motor

‘Scrambler’, a su manera

ROYAL ENFIELD SCRAM 411

-

Cuando Royal Enfield lanzó en 2018 la primera generación de la Himalayan, la ya más que centenaria marca abrió a los amantes de la aventura la posibilida­d de adentrarse en sus sueños sin rascarse el bolsillo en demasía, ofreciendo una montura apta para cualquier carretera y ninguna por encima de la psicológic­a barrera de los 5.000 euros. Ahora, tras el éxito de la apuesta –que ya tiene otra generación en el mercado– y sacándole partido a lo mejor de la economía de escala, la marca de Eicher Motors lanza esta Scram 411, la primera interpreta­ción en su catálogo del espíritu scrambler. Y lo hace, curiosamen­te en un camino de alguna manera inverso, pues lo normal es evoluciona­r un modelo pensado para el asfalto (de calle digamos) hacia esta corriente más divertida, desenfadad­a y con cierto aire off road, pero en este caso es al revés ya que esta Scram 411 conserva el gen multi road (más que off road) de la Himalayan.

M ISMA BASE, DISTINTO ROLLO

Cuatro retoques sobre la base de la todoterren­o modelan su ADN para ofrecer una opción perfecta para aquellos tenedores del carné A2 (y los que tengan el completo para todas las monturas), con un estilo desenfadad­o que bebe de la fuente setentera y ochentera que tan en boga está ultimament­e.

Se trata de una montura con la que marca busca ocupar el hueco casi deshabitad­o que hay de las motos por debajo del medio litro de cierta capacidad y solvencia cuando se abandona el asfalto, pero alejadas de los precios, demasiadas veces excesivos, de otros modelos de más pretensión que eficacia en este sentido.

La Scram 411 es una moto elemental y en esta accesibili­dad para todo tipo de ciente radicará buena parte de su éxito, amén de un precio de partida de 4.989 euros (la edición bicolor en el depósito son 5.189 euros) fiel al mantra de la marca y 100 euros por debajo de la Himalayan de

Con esta variante urbana de su robusta Himalayan, la marca india lanza esta divertida interpreta­ción de corte ‘scrambler’. Desde 4.989 euros

acceso, con la que comparte bastidor (diseñado por Harris Performanc­e, su equipo para estos menesteres y que recordemos compró en 2015), depósito y motor. Este es el llamado

LS 410, que entrega 24,3

CV de potencia a 6.500 revolucion­es por minuto y con un par máximo de 32 Nm en las 4.250 vueltas.

¿Pero cuáles son esos cuatro retoques que la hacen tan diferente? Visualment­e, de frente, desaparece la peculiar cúpula de la Himalayan y en su lugar, la óptica, que está más baja y retrasada, se encuentra abrazada por un logrado cubrefaro de metal fundido que mantiene el tripper (la esfera para el navegador) de manera excepciona­l para el mercado español.

Por otro lado, las ruedas son de radios –con gomas mixtas de la bombaití CEAT– y en el caso de la delantera es de 19 pulgadas frente a la de 21 de la Himalayan, por lo que la suspensión delantera (horquilla de 41 mm de sección) se reduce en 1 cm, quedando en 19 cm. Esta circunstan­cia redunda en que la Scram 411 sea algo más bajita (en 0,5 cm), dejando el asiento a 73,5 cm de altura y la moto a una distancia del suelo de 20 cm (dos menos).

Otro cambio es el asiento que es de una sola pieza y sin la parrilla trasera, que desaparece para contar con un asidero más pequeño, en conjunción con un guardabarr­os también más reducido y con los intermiten­tes recolocado­s.

Pero sin duda, el mayor cambio estético radica en la desaparici­ón de las famosas, curiosas y prácticas barras laterales del depósito que son suplidas, utilizando la misma barra transversa­l que pasa de lado a lado y que sirve de cierta defensa en caso de caída, por unas tapas laterales adornadas con el logo de la marca.

Quitando de aquí y cambiando allí, el conjunto, con estos retoques, rebaja su peso en cinco kilos hasta los185 kilogramos.

DIVERTIDA

En marcha, esta Royal Enfield no podría ser seria por mucho que se empeñara. Su postura invita a disfrutar de un motor que necesita de pocos cambios de marcha si no se pretende una intensidad innecesari­a dada su esencia, buscando los cambios de dirección de las curvas con desparpajo y ganas de sacarle una sonrisa al piloto.

En lado de los peros, uno más importante que otro: le vendría de perlas una pinza de cuatro pistones que ‘muerda’ más el disco de 300 mm ya que la Scram 411 pide más contundenc­ia que la Himalayan; y el escape, hay que elevarlo para cumplir con el canon ‘scrambler’.

Mola esta Scram 411.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain