FORD TOURNEO CONNECT
Alianza de civilizaciones
Fruto del acuerdo con Volkswagen, el nuevo Tourneo Connect ya no tendrá el ADN americano que se podría haber esperado. Más bien, es una personalización del actual VW Caddy.
Porque, aunque se han esforzado por darle cierto carácter original, salvo en el frontal, donde la enorme parrilla poligonal contrasta con la liviana calandra de su ‘primo’ alemán, en el resto resulta difícil distinguirlos. Y se aprecia aún más en el interior. Baste decir que hasta el volante es el de una Caddy con el logo de Ford. Aclarado lo cual, este emparentamiento no es malo, sino todo lo contrario. Estamos ante un vehículo suficientemente atractivo para lo que se le pide a este tipo de coches, pero, sobre todo, muy práctico. El espacio interior es muy destacable, con posibilidad de llevar a siete ocupantes o a cinco con un maletero gigante (1.213 litros según Ford). En la segunda fila hay mucho espacio para las piernas (por no hablar de la gran altura al techo) e incluso en la tercera se puede viajar relativamente cómodo, aunque ni las banquetas, ni la posición de las piernas ni el espacio son tan buenos. Todo se gestiona bien ya que los asientos pueden plegarse (incluso el del copiloto) y extraerse con facilidad. Y en marcha tiene la solidez habitual de VW. Lo único que no nos ha convencido ha sido la rumorosidad del diésel de 122 CV (el más potente de la gama y, como el 1.5 gasolina o la versión de 102 CV, de origen germano) y que, asociado a la tracción total y al acabado Active –nuestro coche–marcan el tope de precio del Tourneo Connect: 34.332 euros (a la Grand Tourneo larga hay que sumarle 1.350 euros). Pero las versiones más accesibles rondan los 30.000 euros, un mejor precio que el Caddy.