Jordi Masip
El primer portero titular de Lucho de palabra y obra
Cuando le vieron entrenarse, Bravo y Ter Stegen supieron que no podían relajarse
En su primera rueda de prensa de la pretemporada, a Luis Enrique le formularon una pregunta que se fue repitiendo en los primeros meses de competición. ¿Bravo o Ter Stegen? Su respuesta pareció una evasiva en aquel momento, pero viendo cómo ha actuado el técnico durante toda la campaña se puede afirmar que estaba hablando en serio: “La sensación que tengo es que Jordi Masip, hoy, es el portero titular del Barça. Es una cuestión que todavía tengo que analizar, pero no hay prisa”. Claudio Bravo no se había incorporado todavía después del Mundial de Brasil y Ter Stegen llevaba sólo un par de entrenamientos bastante despistado por el tema del idioma. Sí, Masip comenzó la temporada del triplete como titular. En el primer amistoso de pretemporada, en Huelva, jugó los primeros 45 minutos mientras que Ter Stegen disputó la segunda parte. Evidentemente, el chileno y el alemán partían con ventaja, eran ambiciosas apuestas del club, del cuerpo técnico y de la dirección deportiva, pero Masip fue el primero en apretarles y en obligarles a darlo todo en cada entrenamiento porque él contaba con algo que sus competidores no tenían: el conocimiento del estilo Barça y la confianza de Luis Enrique, quien ya creyó en él en el filial. En las siguientes ruedas de prensa, ante similares preguntas (¿quién jugará la Champions? ¿rotarán los porteros en la Liga?...), siempre incluía a Masip en sus respuestas afirmando que los tres guardametas tenían las mismas posibilidades. Jordi lo agradeció.
Nacido en Sabadell el 3 de enero de 1989, su incorporación al primer equipo recuerda a la de los canteranos tardíos de épocas pasadas. Subió con 25 años tras cinco temporadas en el Barça B, dos con Luis Enrique y tres con Eusebio, la última (201314) espectacular, tanto que fue nominado para mejor portero de Segunda junto a Lux (Deportivo) e Irureta (Eibar). Ganó el primero.
Que llegara tarde al primer equipo no es tan extraño teniendo en cuenta que no fue portero hasta una edad poco habitual. En el Mercantil de su ciudad natal, modélica e histórica institución de fútbol base, jugaba de mediocentro, a veces de central, y lo debía hacer muy bien porque así es como llamó la atención del Barça para una prueba que superó. Pero aquel niño tenía otros planes: “Yo era pequeño y dije que no fichaba. Creo que no sabía lo que quería todavía”. Se quedó en el Mercantil, siempre como jugador de campo, pero los técnicos vieron que cuando se ponía bajo palos en algunos entrenamientos era un portento: reflejos, elasticidad... Costó convencer a su padre. Tampoco él lo tenía muy claro, pero en edad infantil nació ya un gran guardameta que, sorpresa, destacaba tanto que el Madrid y el Barça se lo disputaron en Cadete. Volvió a pasar la prueba azulgrana, esta vez como portero y con una respuesta afirmativa. Ya sabía lo que quería.
De esa mezcla le quedó un fantástico juego con el pie, al nivel de los de Víctor Valdés, su espejo, Bravo y Ter Stegen. Y la habilidad de un felino bajo palos. Ha acabado jugando un partido de Copa y uno de Liga. Puede parecer poca cosa, pero ha participado en dos competiciones. Bravo, sólo en la Liga. Fue titular en la última jornada ante el Deportivo.“Ha sido una especie de homenaje a la profesionalidad de Masip”, dijo Luis Enrique. Y quedó la sensación de que si Bravo y Ter Stegen se duermen, al técnico no le temblará el pulso. La portería ha sido cosa de tres