Lo merecen
Competir no significa ganar siempre. Anteayer, nuestra Selección compitió hasta el último minuto y sin desfallecer frente a un rival físicamente muy superior, que se proclamó justamente finalista de un Eurobasket apasionante que gracias a su impacto mediático está siendo un extraordinario elemento de promoción del baloncesto femenino, que para nosotros se traduce en el presente del programa Universo Mujer yenel futuro de la Copa del Mundo 2018.
Pero incluso más allá de la ilusión que en todo campeonato es una de las marcas de nuestros equipos, la derrota ante Francia no nos sabe ni mucho menos a decepción. Porque la actitud y la garra que han exhibido desde el primer partido, sin escudarse en la baja de una de las jugadoras importantes de veranos anteriores como Sancho Lyttle, y el ejemplar trabajo del equipo técnico, es para sentirnos plenamente orgullosos y para redoblar si cabe nuestro convencimiento de que ellas son una parte fundamental del fututo del baloncesto. No hay el más mínimo motivo para sentirse desanimado: como ha hecho siempre, nuestra Selección ha dado todo lo que tenía dentro, y lo va a seguir dando.
Desde el mismo momento en que el viernes sonó el bocinazo final –sin olvidar que el primer gran objetivo, que era clasificarse para el preolímpico, ya está conseguido- sólo está en su mente el último partido. Esta tarde nuestras chicas van a luchar con Bielorrusia, un rival de altísimo nivel, por una medalla de bronce que sería histórica y que redondearía un extraordinario inicio de verano tras las dos medallas 3x3 conquistadas en los Juegos Europeos de Bakú.
Ellas esperan contar con el apoyo de todos, y estoy convencido de que lo van a tener. Lo merecen