Los Cubs fuerzan el séptimo duelo de la final
Los Cubs de Chicago, con la gran labor del pitcher de origen puertorriqueño Jake Arrieta y un bateo explosivo, encabezado por Addison Russell, vencieron por 3-9 a los Indians de Cleveland en el sexto partido de las Series Mundiales para empatar la gran final de la MLB a 3 victorias, con lo que el título debía decidirse la pasada madrugada en el séptimo y último juego, en el mismo escenario del Progressive Field de Cleveland, con Kyle Hendricks como abridor de los Cubs y Corey Kluber en el mismo puesto por los locales.
Por segundo partido consecutivo los Cubs se salvaron de la eliminación y ahora están a la par de los Indians, salvando sus opciones de lograr su primer título de las Series Mundiales desde 1908, mientras que los Indians no levantan el trofeo desde 1948. Uno y otro equipo totalizan las peores rachas de sequía entre los equipos que han sido alguna vez campeones.
En el sexto duelo los Cubs, con un Arrieta dominante, también tuvieron de inmediato la ayuda del bateo explosivo de Russell y el tercera base Kris Bryant, que destrozó al abridor Josh Tomlin. Bryant sumó un Home Run de una carrera y Russell aportó un doble que subía el 0-3 en la parte alta de la primera entrada, que definió lo que iba a ser el partido. Russell volvería a ser el líder de la ofensiva de Chicago cuando en el tercer inning, con un out en la pizarra, conectó un grand slam, el primero que se da en una Serie Mundial en 11 años.
El primera base Anthony Rizzo sentenció en la parte alta de la novena entrada con un home run de dos carreras que daba el 2-9 y la seguridad de llevar a Chicago al decisivo partido en una serie que llegó a perder por 1-3 tras los cuatro primeros partidos.
Arrieta (2-0) estuvo en el montículo cinco entradas y dos tercios en los que cedió tres hits, incluido un solo home run, permitió dos carreras limpias y eliminó a nueve bateadores. Russell se fue con 2 de 5 con seis carreras impulsadas pisando home una vez, mientras que Rizzo bateó 3-5, tres carreras anotadas e impulsó dos