Suplementos deportivos, ¿sí o no?
Ante la creciente oferta de suplementos deportivos, las promesas de mejora de rendimiento y/o recuperación y las agresivas campañas de marketing haciéndonos creer que sin suplementos nunca alcanzaremos nuestro mejor nivel, es momento de concretar diversos aspectos. El entrenador personal y dietista Víctor Martínez Albarracín, de Activate Personal Training and Health Coaching, aporta su visión.
La base de todo deportista debe ser una dieta equilibrada y rica en todos los nutrientes, bajo ningún caso un suplemento debería ser parte esencial de la dieta. Nuestra dieta tiene que aportar calorías suficientes y estar adaptada a cada individuo, tiene que tener la ración adecuada de macro nutrientes (carbohidratos, proteínas y grasa) y micro nutrientes (vitaminas y minerales). La proteína es parte de nuestro cuerpo. Son las unidades estructurales (formadas por cadenas de aminoácidos) y son esenciales para la síntesis y el mantenimiento de los tejidos corporales, pero también tienen otras muchas funciones en el cuerpo cómo la reparación de tejidos o el transporte de substancias, por lo que no hay que pensar en ellas sólo como “el músculo”. Bajo ningún concepto deberían ser primarias en el aporte de energía, de esta función se encargan los carbohidratos y las grasas, ahí radica el equilibrio, cada nutriente con su función.
Desde el auge del mundo del fitness y culturismo se nos ha vendido que la proteína es básica para ganar músculo, y se estableció la creencia de que si entrenamos en el gimnasio pero no nos suplementamos con proteína nunca aumenta- remos de masa muscular. No es cierto. Una dieta equilibrada y adaptada al tipo de esfuerzo o de- porte que hacemos tendría que ser suficiente para aportar la dosis de proteína. De hecho la recomenda- ción base de la FAO es de 1g/kg/ día. Cierto es que aquí, dependien- do de nuestra actividad, incremen- taremos la cantidad. La Sociedad Internacional de Nutrición Depor- tiva recomienda que personas físi- camente activas y/o deportistas in- gieran de 1,4 a 2 g/kg/peso