Cuestión de paciencia
Las cosas han cambiado mucho en el Camp Nou en los últimos años. A mejor. Pero una sigue vigente desde hace décadas: los jugadores formados en casa deben demostrar más en menos tiempo que los foráneos.
El último ejemplo lo protagonizan dos delanteros que se enfrentarán esta tarde en el Camp Nou: Paco Alcácer y Sandro Ramírez. El canario pasó un examen las contadas ocasiones que Luis Enrique le concedió minutos. Ni el gol de la victoria en El Madrigal contra el Villarreal, en la segunda jornada, le sirvió para que la crítica y la grada creyeran en él.
Nada que ver con lo que ocurre actualmente con Paco Alcácer .En once jornadas de campeonato, aún no ha festejado un solo tanto y desde todas partes se reclama tiempo para el ex valencianista. “Cuando marque el primero, se dejará ir y llegarán muchos más”, se repite.
La sensación es que la paciencia es directamente proporcional a la inversión. Hay que cuidar al jugador que cuesta 30 millones para que no pierda valor, mientras que los que aterrizan en el Camp Nou sin previo desembolso de un solo euro se pueden usar y tirar.
El barcelonismo ha sido muy injusto con Sandro, que en Málaga está confirmando que podría ser un cuarto delantero de garantías. El ariete es una de las sensaciones de la Liga y no solo por los cinco goles que le sitúan sexto en la tabla del Pichichi por detrás de sus ex compañeros Messi y Suárez, igualados en cabeza con 8, y Griezmann, Iago Aspas y William José, con 6. También por la variedad de sus dianas, su relevancia en el marcador y las numerosas y talentosas asistencias que ha dado.
Sus tres tantos en La Rosaleda frente a Athletic, Sporting y Eibar sirvieron para igualar el marcador de un partido que acabó con triunfo local. Y los tres fueron distintos. Al Athletic, con una colocada rosca al palo largo con la pierna derecha; al Sporting, con un cabezazo al primer palo anticipándose a su marcador; y al Eibar, con un potente zurdazo tras quedarse solo ante el portero gracias a un magistral control orientado con el que se deshizo a su marcador. Ante el Leganés, contribuyó a la goleada con un tanto de oportunismo, mientras que la única diana que no dio puntos fue una de las mejores del campeonato, un magistral lanzamiento de una falta lateral inalcanzable para el colchonero Oblak.
En apenas tres meses, Sandro ha disipado en Málaga todas las dudas generadas en Barcelona. Ya es una realidad del fútbol de elite
Alcácer disfruta del crédito que Sandro, hoy crack de la Liga con 5 goles, nunca tuvo