La Penya se crece en el Olímpic
Decía el técnico Diego Ocampo a su llegada a Badalona que el objetivo iba a ser no sólo salvarse sino hacerlo de cierta manera. La Penya demostró ante el Valencia que puede lograr victorias de mérito con inversión en buen basket y mucho carácter.
Los badaloneses echaron mano de esos valores para ganar al equipo ‘taronja’ por 86-84 tras 40 minutos igualados y emocionantes en el Olímpic. Bogdanovic, con 16 puntos y 3 de 5 triples, fue el líder anotador en un Joventut coral que también tuvo en Jordan (15), Abalde (14), Sàbat y Vidal (ambos 11) sus principales pilares.
Aunque tira mucho de tres, el mérito de este Joventut no sólo es de los triples. Habría que ver qué hay en la Penya del ataque Princeton, un esquema ofensivo que popularizó el legendario Pete Carril en los años 70 y 80 en la NCAA cuya característica era que una mayoría de canastas se lograban con cortes hacia el aro y puertas atrás. El caso es que los verdinegros lo explotaron al máximo logrando con ello un equilibrio magnífico para romper la defensa rival.
Con canastas de esa factura la Penya acabó con la igualdad extrema de la primera mitad y empezó a decantar el encuentro a su favor en el tercer cuarto en el que, con triples también de Vidal y Vasiliauskas,
se marchó con siete puntos de ventaja (67-60). Las acciones de Sàbat, Abalde o Vidal en buenas combinaciones de puertas atrás fueron determinantes así como una defensa aplicada e intensa sobre un Valencia que se sostuvo con Kravtsov y Diot.
La otra clave de la victoria del Joventut fue la contribución del pívot Jerome Jordan, consolidado en la titularidad tras escasas semanas en Badalona, y capaz de dar consistencia dentro hasta llegar ayer al 19 de valoración en 20 minutos.
Con igualdad y drama, en los minutos finales quedó menos espacio para el juego bonito pero Vidal y Sàbat supieron asegurar con tiros libres los ataques. El capitán perdió un balón en saque de banda a seis segundos del final y con 8684 en el marcador pero Diot falló un triple librado frontal en el último intento de un Valencia que pagó sus errores defensivos. Para la Penya se trata de la tercera victoria en cuatro partidos, un triunfo para coger oxígeno y moral