Mundo Deportivo (At. Madrid)

ACABAN CON LA MALDICIÓN

Diez años después, el Barça logró ganar en Anoeta gracias a un gol de Neymar de penalti y se acerca a las ‘semis’ de la Copa Los azulgrana jugaron una buena primera parte, aunque sin Iniesta acabaron sufriendo y pidiendo la hora

- Edu Polo Donostia

Diez años después, el Barça rompió la maldición y volvió a ganar en Anoeta. Bastó un gol de Neymar de penalti para doblegar a la Real y silenciar la tamborrada. Los azulgrana toman ventaja para estar en las semifinale­s de la Copa tras un partido en el que mostraron dos caras, buena en la primera mitad pero tras el descanso acusaron en exceso la baja de Iniesta y acabaron sufriendo y pidiendo la hora.

Un minuto tardó el Barça en sacudirse de encima la presión de los fantasmas de Anoeta. Salió en tromba la Real, dispuesta a repetir el guión de las últimas temporadas y en apenas 30 segundos Willian José ya caía en el área azulgrana reclamando penalti. Pero fue un espejismo, porque el Barça salió con la lección aprendida y Luis Enrique recurrió prácticame­nte al once de gala para evitar una nueva debacle en San Sebastián.

Hasta siete cambios presentó el Barça con respecto al equipo que goleó a Las Palmas. Umtiti confirmó que es la pareja titular de Piqué, Rakitic recuperó su plaza en el centro del campo y Neymar volvió al once tras descansar el sábado. La alineación de Digne por Jordi Alba fue la única sorpresa.

El antídoto para superar la presión y el agobio de la Real consistió en defenderse a través del balón. El Barça, con Messi incrustado como mediapunta y actuando prácticame­nte como cuarto centrocamp­ista, se dedicó a tocar, tocar y tocar. De esta forma anuló a la Real, dominó el partido y aunque apenas creó ocasiones de gol, evitó sufrir y neutralizó a los de Eusebio hasta el descanso.

El dominio azulgrana en la primera mitad se tradujo en ventaja en el marcador gracias a Neymar. El brasileño mantuvo la línea ascendente que viene mostrando tras las vacaciones navideñas y fue el azulgrana más persistent­e en los primeros 45 minutos. En una de sus acciones Aritz E lustondo le derribó dentro del área y el propio brasileño se encargó de transforma­r la pena máxima. Como sucedió la semana pasada ante el Athletic, Messi le cedió el lanzamient­o y Neymar no falló.

Como Neymar, el Barça también confirmó en Anoeta durante 45 minutos la línea ascendente de las últimas semanas. Y lo hizo gracias al dominio del balón y al compromiso defensivo y la presión de todo el equipo. Una jugada en la que Messi e Iniesta bajaron hasta el córner para presionar a Carlos Vela y le acabaron robando el balón al mexicano es la fotografía que mejor escenifica la actitud de los azulgrana ayer en Anoeta y en los últimos partidos.

La posición de Messi, más centrado que nunca, despistó a Eusebio y permitió a los azulgrana vivir los 45 minutos más plácidos de los últimos años en Anoeta. Aún así la Real fue merodeando el área de Cillessen en varias ocasiones y Oyarzabal, Illarra o Raúl Navas buscaron el gol pero sin demasiada fortuna. Sólo algún titubeo de Umtiti hizo sufrir en alguna ocasión al

holandés, aunque los delanteros locales no tuvieron ayer la puntería de otras veces.

El Barça trató de mantener en la segunda mitad el guión de la primera, pero el cambio de Iniesta con problemas físicos hizo perder tranquilid­ad a los azulgrana. El choque entró en una fase más alocada, en un duelo de fútbol directo de una portería a la otra que a priori parecía favorecer más a la Real. Y González González puso su granito de arena agitando los ánimos con decisiones controvert­idas. Anoeta reclamó la segunda amarilla para Messi, protestó mucho un fuera de juego mal señalado a Zurutuza y celebró que Neymar fuera amonestado por simular penalti.

A medida que iba creciendo el protagonis­mo del colegiado, el Barça parecía desconecta­r del partido por momentos y eso lo aprovechab­a la Real para poner cerco a la meta defendida por Cillessen. Sin Iniesta, los azulgrana perdieron la pausa, el orden y el juego y la imagen nada tenía que ver con la de la primera parte.

El Barça se pasó la última hora persiguien­do el balón y mirando al cronómetro esperando la conclusión del encuentro. Los azulgrana fueron incapaces de dormir el partido y acabaron sufriendo muchísimo, pero hubo final feliz. Diez años después, se ganó de nuevo en Anoeta. Queda la vuelta

El dato 10 años después El Barça ganó después de cinco derrotas y dos empates en sus anteriores siete visitas a Anoeta.

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FOTO: GETTY Messi, derribado por Illarramen­di Después, Yuri le dio un balonazo en la espalda

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