“Señoras y señores, enciendan sus motores”
La histórica frase de inicio de la Indy500 se modificó en 1977 para abrir la competición a las mujeres
Uno de los momentos más emotivos de las 500 Millas de Indianápolis es el instante en que se pronuncia la mítica frase “señoras y señores, enciendan sus motores”. Cuando los pilotos escuchen hoy estas palabras, estarán a escasos minutos de empezar a batallar por conseguir la ansiada victoria. Se trata de otra de las costumbres históricas que hacen de esta cita americana un evento especial en sí mismo, y en ella se puede comprobar parte de la evolución que se ha producido en la sociedad americana.
Las mujeres permanecieron alejadas de las 500 Millas hasta 1971, año en el que dejaron entrar a la primera periodista de la historia al pit lane del Motor Speedway. Después de romper esta barrera, en 1976, Janeth Guthrie dio el paso más importante de todos, participar en la carrera como la primera piloto de esta cita.
En su primer intento no logró clasificarse, pero todo esfuerzo tiene su recompensa y sí pudo hacerlo en los tres años posteriores, hasta 1980, presumiendo de un meritorio Top10 en 1978 logrado con mucho sufrimiento al conducir con una muñeca rota. Aquella sólo era una metáfora de las complicaciones que habían tenido las mujeres para entrar en un mundo dominado por hombres como el de la Indy500, corriendo en un trazado en el que todavía no se había habilitado ni un baño para mujeres. Guthrie abrió camino camino al sexo femenino en esta competición y fue la artífice del cambio de la frase “caballeros, enciendan sus motores”, por la anteriormente nombrada.
La participación de las mujeres en dicha competición es cada vez más habitual, tanto es así que desde el año 2000 siempre ha habido alguna piloto en la parrilla de salida e incluso en el 2009 hubo hasta tres mujeres a la vez por primera ocasión, con Sarah Fisher, Milka Duno y Danica Patrick, que causó furor por sus actuaciones, siendo tercera en la carrera del 2009.
En la edición 101, Pippa Mann es la única representante femenina y ya ha hecho historia al lograr la mejor punta de velocidad de una mujer en el óvalo superando las 230 millas/hora. Con dicho récord, la estadounidense afronta un reto que va más allá del deporte, buscando recaudar fondos para apoyar la investigación mundial del cáncer de mama como abanderada de la organización Susan G. Komen con el equipo de Dale Coyne, habiendo recaudado más de 135.000 dólares gracias a su enorme implicación
Dale Coyne Pippa trabaja duro año tras año para montar este programa y ayudar a recaudar fondos para la investigación del cáncer de mama”
“Por su perseverancia y entusiasmo, es un placer tenerla aquí”