ESPECTACULAR
La Vuelta arranca el sábado en Nimes fiel a su estilo, con menos rampas pero más finales en alto Chris Froome busca por fin el triunfo en España, mientras Alberto Contador se despide del ciclismo
Tras el Giro de Italia y el Tour de Francia llega La Vuelta, que como sus dos grandes predecesoras cruza los dedos para mantener la emoción hasta los últimos días de la competición. Con este fin se ha diseñado un recorrido espectacular, en el que sí, prima la dureza, pero en el que se ha sabido combinar con criterio la montaña con las etapas llanas, proclives para las escapadas y para los finales al sprint. Puede que se trate de una de las ediciones más compensadas, con etapas que a diferencia de la Corsa Rosa y la ronda gala no frecuentan las maratonianas jornadas de más de 200 kilómetros, y en la que de nuevo la lucha contra el crono será decisiva, aunque con menos kilometraje que en 2016. Mientras la contrarreloj inicial por equipos consta de 16 kilómetros menos, la individual, a seis días del final en Madrid, se extiende hasta los 40 kilómetros. Una doble propuesta que será decisiva en el desenlace de la ronda española.
La Vuelta sigue apostando por la montaña –50 puertos, uno menos que en la pasada edición–, aunque este año, tal como manifestó el director de la Vuelta, Javier Guillén, a MD, se ha restado la presencia de las rampas con pendientes imposibles, que tanto gustan a los aficionados, y se han mimado los finales en alto.
Se ha recuperado el mítico final en el Angliru, en el penúltimo asalto de La Vuelta. Una etapa corta, 119,2 km, pero muy dura, en la que puede repetirse lo ocurrido en 2011 entre Bradley Wiggins y Juanjo Cobo, día en el que ‘El Bisonte’ acabaría de sentenciar la carrera a su favor con una táctica magistral. Junto a este final histórico, La Vuelta ha acertado con la presencia de ocho finales en alto, dos más que en 2016, entre los que sobresale el nuevo de los Machucos en Cantabria, la llegada de una 17ª etapa con hasta 3.000 metros de desnivel acumulado.
3.297 kilómetros que pondrán a prueba la resistencia física y psíquica de un pelotón cinco estrellas, en el que Chris Froome aparece como máximo favorito a la victoria final después de ser 2º en tres ocasiones, con permiso de Aru, Nibali, Bardet y, por qué no, de Contador. Despedirse con una actuación brillante en La Vuelta sería el mejor recuerdo de ‘El Pistolero’ más atrevido