6 partidos, 3 competiciones, 18 días
Liga, Champions League, Copa del Rey. Valverde no tiene más remedio que hacer rotaciones. Dar relevos para tener el equipo fresco y competitivo
Desde mañana, sábado 14, hasta el martes 31 de octubre, el Barça tiene fijados 6 partidos en tres competiciones distintas. Todos en horario nocturno y todos a la misma hora (20. 45 h), exceptuando el viaje a Murcia para debutar en la Copa del Rey a las 21.30 h. Un carrusel que convierte las rotaciones en una exigencia preventiva. No hay quien aguante este trote si los que galopan son siempre los mismos.
Messi, por ejemplo, llegará al Wanda Metropolitano después de jugar dos partidos completos con Argentina y disputar los 180 minutos de agónicas emociones. Un desgaste físico y emocional, compartido con Mascherano, que no sabemos hasta qué punto pueda afectarle. Lo que si sabemos es que la exigencia del barcelonismo no será inferior a la de los argentinos. El mundo blaugrana cuenta con ver en Madrid la mejor versión de Messi y que el Barça, de su mano, se mantenga invicto y, de paso, aleje al Atlético de la cabeza.
No es este, sin embargo, un partido para ganarlo solo. Al Atlético no se le vence individualmente, hay que responderle en conjunto y por más que tener Messi sea una ventaja incontestable, el líder tiene que replicar coralmente al muy sólido grupo de Simeone. En realidad, esa es la incógnita que queremos ver despejada. El equipo, impecable en Liga y Champions, ha ganado todo lo que ha disputado pero, sinceramente, se diría que tiene más puntos que juego. Ha dejado incógnitas aunque, desde luego, ninguna es Leo que, otra temporada más, parece mejor de lo que ya era en la anterior. Él, por supuesto, no se examina frente tribunal atlético. Quien pasa reválida es el Barcelona que, hasta ahora, ha tenido un calendario relativamente cómo.
Pero hoy, con la gente recién llegada y exprimida en las respectivas selecciones, empieza la cuesta arriba. Liga, Champions League y Copa del Rey en sólo 18 días. De manera que Valverde no sólo puede pensar en el próximo partido. Eso, a bote pronto, lo hacemos los demás. Los que no estamos obligados a mirar más allá de nuestras narices. Los entrenadores, en cambio, a lo que están obligados es a tener perspectiva competitiva, a compensar sus alineaciones y formar onces que, en el caso del Barça, estén en condiciones de ganar a cualquier rival, en cualquier competición. Sea jugando cada ocho días o tres veces por semana