Algo ha cambiado en el Cam No u
La mayoría del Estadi abucheó el sábado los insultos a Michel de una minoría
El Celtic de Glasgow ganó el premio a la mejor afición del mundo en la gala del The Best. No estaría mal que el Barça, a pesar de querer tener a Messi, Iniesta, Martens, Valverde o Dembélé en la gala de los escogidos, situase también a su afición como la mejor del mundo. El Club que se vanagloria de los valores, tendría que tenerlo como objetivo de marca para los próximos años. Para lograrlo, debemos mejorar en algunos aspectos aunque hay episodios que le reconfortan a uno.
Por ejemplo, lo que pasó el pasado sábado ante el Málaga. Muy mayoritariamente la afición del Camp Nou silbó a su espacio de animación cuando, dedicado al entrenador malacitano, cantaba eso de “Michel maricón”. Tan orgulloso estoy de la reacción de la gran masa social que recriminó ese cántico como avergonzado de esos deslices de una grada de animación que empaña sus muchas virtudes con episodios como este. Veinte años atrás, cuando Michel jugaba en el Madrid y acomodaba los menudillos a Valderrama, era prácticamente todo el Camp Nou quien se hubiese sumado al estribillo homófobo. Ahora, se pretende acallarlo con silbidos. Vamos en la buena dirección. La única correcta.
En el mismo partido, los grupos de animación se ganaron otra reprimenda –aunque menorcuando cantaban de nuevo lo de “puta Real Madrid”. Sin duda, el Barça tendrá que pagar más multas impuestas por el Comité Antiviolencia, como pasó ya ante el Espanyol o por los gritos contra los periquitos ante el Eibar. Por unos pocos aficionados, pagamos todos. Por eso, me enorgullece ver la reacción de la mayoría de los abonados de hacer callar a los que insultan al rival. La afición del Barça se ha civilizado, tranquilizado y ha encauzado su mal humor. Practicamos, ahora, la deportividad bien entendida. O esa es la tendencia. Hemos visto que es mejor cantar con simpatía un “vete al teatro” o “sal del banquillo” a
Mourinho, que hacer rimas con “ese portugués, hijo…”.
Vamos aprendiendo. En 20 años, hemos pasado de lanzar algún mechero a Roberto Carlos ,o hacerle el racista grito del mono, a recriminar todos esos comportamientos troglodíticos. Hoy por hoy, una noche como la de la cabeza de cerdo o la botella de JB contra Figo, estoy seguro de que no pasaría. Con 80.000 personas en el estadio, el comportamiento impecable se antoja imposible, pero la afición del Barça, en el Camp Nou, ha mejorado mucho. Ojalá pudiéramos decir lo mismo de todas las aficiones y de todos los campos de la LFP.